El martes pasado después de una enganchada pública en Facebook más, me
planteaba salir de esa red. Debido a que como el algoritmo te selecciona los
comentarios de los que él cree que son tus amigos, pues cuando te ven cómo
realmente piensas, se quedan en estado de shock.
Como iba a echar de menos los quiz de Manolo Burillo, se lo planteé a un par de
buenos amigos reales, de los que te hacen favores y te dejan pasta cuando vas
pillado como buen emprendedor, pero me dijeron "y dónde leemos tus post…"
Tome la decisión de quitar las aplicaciones del móvil de Facebook, LinkedIn
y Twitter, la segunda porque se está facebuqueando y la del pajarito porque no
hay dos sin tres, aunque no sea una red social, y que de las tres es la única donde he desvitalizado a compañeros de viaje, con los que luego hemos emprendido caminos juntos, como fue Felix de Seklab, Manuel de Zarpamos y Aurelio de The Heroes Club.
Tan sólo, me he dedicado a entrar en ellas desde el portátil una vez por la
mañana y otra por la tarde antes de empezar a currar… Encontrándome una media
de 40 notificaciones en la Facebook, a las cuales es más fácil responder en frío.
La experiencia está siendo,
curiosa, me noto la dependencia a las mismas, que ahora me paso
atontado mirando las foto´s happy de Instagram… Y claro como Facebook lo sabe, pues el viernes me envío un recadito, en plan "mira lo que te has perdido últimamente". Entonces, ¿la amistad es ser un cotilla? Digo yo que si Yago o Antonio quieren comentarme algo que nos lleve a la acción en la vida real, ya me guasapearán.
Suena a tópico, pero sí, he ganado calidad de vida, al poco a poco dejar de
mirar el móvil para ver si había notificaciones nuevas, y sobre todo ganar en profundidad
de mis desarrollos explorativos sobre transferencia de innovación o
conectividad, aportando más valor tanto en foros de tecnología como en la vida
real, y darme cuenta que los verdaderos amigos si quieren algo te guasapean,
que sumado a lo de Instagram, creo que estoy sustituyendo el Facebook por
ambas, por lo que la captación de datos para los patrones de comportamiento, Mark
los tiene asegurados conmigo.
Te reconozco que ayer me volví a instalar Twitter, al estar en una clase de innovación y ser el canal con el que hablar con los ponentes, pero luego la volví a eliminar.
Curiosamente, la semana pasada leía diferentes artículos sobre la necesidad
de desintoxicación de las redes, como el creador de Napster y primer presidente
de Facebook que se arrepentía de haber creado este moldeador de personas.
Hasta en Los Angeles hay una clínica para desintoxicar a los chavales ricos de su adicción al móvil. Como si
ante lo digital los adultos tuviéramos una madurez cuando nos la meten doblada
con la supuesta amistad que se crea estando pendiente de lo que dicen los demás
en un muro virtual.
¿Algún día dejare las redes sociales Facebook y LinkedIn? Creo que sí. Ayer
me quedé sin batería en el móvil, y no me dio un sincope, al revés, fue como,
un no pasa nada, vive y disfruta, por cierto, tras una comida reunión con un amigo nos fuimos al cine, y alucine con la cantidad de gente que había a las cinco de la tarde, pero eso no sale en las noticias, no vayan a pinchar la transformación digital.
y ¿tú? Has pensado en hacer dieta de las redes sociales, si es así cuéntamelo.
PD: cinco días después de publicar este post, decido quitar también la app de Instagram del móvil se acabó quedarme embobado mirando momentos idílicos. La realidad es la que es idílica. Carpe diem.
PD: cinco días después de publicar este post, decido quitar también la app de Instagram del móvil se acabó quedarme embobado mirando momentos idílicos. La realidad es la que es idílica. Carpe diem.