El caso, es que hacía
mucho que no tocaba nada más del perfil, y te reconozco que la parte de
educación, me chirriaba, la licenciatura en Administración de Empresas, la diplomatura
en diseño industrial, me recordaban a otra vida, a quizás el siglo pasado, se
salvaba el master de comunicación aplicada, pero en cada centímetro de mi ser sentía que
no era sincero, porque mi formación actual no viene de ahí. Y no me refiero a
que la experiencia es un grado, y las múltiples cagadas que sigo cometiendo, bien
me valen para intentar ser ponente de nuevo de Fuckup Nights…
Porque en mi
tercer rol vital que estoy desarrollando ahora, que me permite opinar sobre
cosas tan raras como CRISPR, no es porque lo haya leído en un libro, que
también, a ver si José Cordeiro saca el suyo. Si no, de ir a escuchar a conferencias abiertas de todo tipo, como la que hoy en fundación Areces sobre ética y CRISPR.
Para mí, las
conferencias son clases abiertas, donde aprender casi lo último de lo último,
desarrollar la escucha activa, y sobre el gran regalo que es consultar y
conocer por unos minutos al orador, e incluso poder mantener una relación
online vía redes sociales, como me pasó con José Cordeiro.
Procuro ir a un
par de conferencias cada semana, pero hay días que los de marketing alinean las
agendas y te la lían como pasó el pasado 18 de 1 del 18, a las 19:00… Además,
la jornada venía fina, la noche anterior en la institución Libre de Enseñanza un cercano Paco Román presidente de
Vodafone presentaba el libro “el lado oscuro de la innovación” en homenaje al
profesor Fernando Sáez Vacas que hace dos décadas ya hablaba de la formación
transversal y de emprendimiento a los ingenieros…
El jueves a las doce estaba
en clase en Fundación Cotec de Daria Tataj sobre innovación, a las cuatro y
media formación sobre cómo crear valor a los datos en el renovado BBVA Open
Space y a las siete Silvia Leal presentaba su libro “No nos vamos a morir”, mi
excoach Jon Elejabeitia lanzaba su escuela de transformación de personas y negocios, y Bernardo Hernández entrevistaba al vicepresidente de expansión de
Facebook en Fundación Rafael del Pino, que con todo el lio, pensaba que era el
de España, y como Bernardo se prodiga poco, y siempre es estratégico
preguntarle en qué necesidades no resuelta está poniendo el ojo, pues allá que
me fui…
¡Brutal!!! ¡Era
el vicepresidente de expansión de Facebook del mundo, y encima español!!, y
tenía menos de 40 años, y conocía a Marck desde hace una década, gracias a la
beca que le dio la fundación Rafael del Pino, para hacer un master en Stanford donde conoció a
Mark…
Javier Olivan
hace buena mi frase "a los profesionales excelentes se les detecta por su
humildad". Si bien, Bernardo es experto en generar climas de confianza, al ser
un acto reducido, Javier se explayó, y sus consejos habría que esculpirlos a
fuego en todas las aceras de este país, para que cuando desvíes tu mirada del WhatsApp
sepas por qué le animó Javier a Mark a comprar un casi desconocido WhatsApp en
USA o por qué Facebook es Facebook, y una clave es la actitud de Mark,
inasequible al desaliento.
Si, aquí,
acostumbrados a que nos den la papilla televisiva y hollywoodiense, la mayoría
pensamos que Mark es un capullo, por como inicio la cara libro, y por su manía
compulsiva a la extracción de nuestros patrones de comportamiento para luego
vender publicidad a las marcas con la casi certeza de que WhatsApp sabe más de
ti que tu pareja. Pues bien, la gran frase de Mark es “si no me arriesgo, corro
mayor riesgo”. Es decir, Marck es capaz de dar la vuelta al calcetín de su zona
de confort por no quedarse fuera de la partida, y de ahí el nuevo algoritmo…
Muy interesante la respuesta de Javier sobre el futuro de Facebook “pasa por
conectividad, aceptar en el próximo formato, quizás realidad aumentada e
inteligencia artificial”.
PD: por supuesto
que luego toca hacer networking, y no es irte de cañas, si no, esperar turno en
la fila para presentarle tu admiración y la app de unos colegas que solucionan
una cosa en Facebook…