La semana pasada James Costos embajador de USA en
España, ponía la guinda a la charla de la GEW en Fundación Rafael del Pino ante
un auditorio abarrotado, con “el emprendimiento es guía de prosperidad y
libertad”.
Cuatro años han
pasado desde aquella GEW, en la acogedora sala del palacete adjunto, en la que
tuve el gusto de escuchar las anécdotas de Clemente Cebrián, apreciar el
dinamismo de Iñaqui Ortega, las ganas de Mathieu Carenzo, y la claridad de Pau
Garcia-Mila.
En este periodo,
la palabra emprendedor se ha convertido en moneda de cambio para todo, hasta el
punto que ya había dejado de tener valor en mi entorno. Pero fue el profesor
Pedro Nueno, quien dio con la tecla, “emprender
es transformar la oportunidad en empresa”. Por fin, negro sobre blanco. A
lo que se sumó la aportación de Luis Martin Cabiedes “emprender va de crear
empresas” y “el dinero no se levanta a los inversores hay que sacarlo de los
clientes”.
De nuevo, dos
cracks, poniendo el punto sobre la i, basta de marear la perdiz, emprender es
tener cintura empresarial, y buen ejemplo de ello fue Don Rafael del Pino, que
supo dejar atrás la construcción y emprender embarcándose en infraestructuras.