El pasado
lunes me invitaban a una cita a ciegas con otros mentores en el “primer
congreso nacional de mentores en España” organizado por AMCES (Asociación
española de Mentoring y Consultoria del Emprnedimiento y Economía Social". Lo
cual, a priori era digno de escuchar.
La cosa iba
más o menos fluida con los típicos debates para saber el sexo de los ángeles
que le afectan a cada colectivo, hasta
que llegó el cierre y ahí el presidente muy presidente y mucho presidente, se
quitaba el disfraz de cordero y sacaba a relucir el colmillo de lobo, diciendo
con una sonrisa de oreja a oreja “hoy ha nacido la profesión de mentor de
emprendedores”… Tras premiar a dedo a toda la cohorte de directores de “aceleradoras”
que dependen de los departamentos de marketing y RSC de las grandes compañías, que
le dan a todo lo que se mueve a base de lapidar millones en marketing
startapero. Aunque tengan unos exits pésimos o sus mentores ex grandes
directivos del canal tradicional, acaben en un par de meses, con startups que
tenían clientes reales, cambiándolas su visión y mandándolas al concurso de acreedores al expulsarlas del programa, al no poder afrontar sus créditos
blandos que les dieron unos meses antes en época de vino y rosas… La excepción de esa lista de patrocinadores es Emilio Márquez, bastaba con darle un premio a él, como mentor, y no hacerle la pelota a los clientes.
Lo mejor fue
al premiado que dejó para el final, al representante de Madri+d el cual
lanzaba, así como quién no quiere la cosa, que la semana que viene empezaban a certificar
mentores… ¡Acabáramos! ¿En base a qué uno es mejor mentor o peor? Como si la profesión fuera nueva, cuando en las carreras tecnológicas se hace desde hace
décadas.
En definitiva, con la excusa de crear un escenario de conexión, de
puesta en común, se acabó dejando una sensación agridulce de “si te asocias a
nosotros podrás tener acceso a los premiados”, los cuales, me apuesto unas
cañas a que en unos meses la mayoría van a ser socios tecnológicos. Si no lo
son ya. Aquello no
era un encuentro, sino una puesta de largo de una oferta más comercial de las
ya existentes.
Sinceramente, se debería prohibir las asociaciones profesionales
sin ánimo de lucro, porque no conozco ninguna que no intente venderse ante
administraciones y grandes empresas de gran consumo, como la poseedora del
santo grial y garantes de la verdad. Cuando acaban convirtiéndose en lobbys
cuyos directivos dan asesoría gratis como asociación y cobran por consultorías
como profesionales en concursos que curiosamente, casi siempre ganan sus
empresas…
Una pena, que
de nuevo se diga que se convoque a un colectivo para aportar y se quede en un
mero discurso comercial. No vale, eso de “es que yo llevo 20 años en esto, y
saco a pasear a Rodolfo”, que empieza a parecer al presidente de honor, del evento de turno. Sobre todo en un sector en el que a cada segundo se
innova, porque la mayoría de mentorizados no son la burbuja marketiniana estartapera, si no, personas que se han
quedado sin empleo y se han visto obligadas a dar un paso al frente, exponerse
y ofrecer sus servicios al mercado, a la par que se ven ante el abismo de tener
que empezar a tomar decisiones por sí mismos, sin el jefe que les diga lo que tienen
que hacer.
Con solo ocho meses de vida de la asociación, espero que recapaciten un poco, quiten una marcha y piensen un poco menos en su misión vital y escuchen la visión de otros profesionales.
Querido amigo, (es sólo una expresión coloquial),
ResponderEliminarHe empezado a leer su crónica sobre el 1er Congreso Nacional de Mentoring, absolutamente descalificadora, quizás motivada por sus intereses comerciales, usted sabrá, que evidentemente no compartimos en Amces, una Asociación que pagamos entre unos pocos, de nuestro bolsillo, sin “sacar” nada a cambio. Pero aunque Vd. no lo pueda entender, el hacer cosas por un bien común, sin ganar nada, y poniendo dinero propio, o sea, el altruismo, existe. Es sólo una cuestión de practicarlo y uno acaba cogiéndole el gusto. Se lo recomiendo.
Hablé mucho de valores, entre los cuales el Respeto a los demás. Quizás usted ya se había marchado pues entre el auditorio, repleto de mentores de larga trayectoria y eminentes autores sobre el Mentoring, usted no podía vender su libro.
Y se me olvidó uno, el del valor del fracaso, que usted describe como “dilapidar dinero” y “exits pésimos”, que voy inmediatamente a incorporar a mi discurso, pues veo que todavía hace falta explicar en nuestro País que el fracaso no sólo no es vergonzoso, sino que enseña. Esa opinión suya de criticar el fracaso afortunadamente ya es muy rancia, señor mío.
Le confieso que en ese punto dejé la lectura de su presuntamente artículo de opinión.
Un cordial saludo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEstimado Xavier,
ResponderEliminarMuchas gracias por tu opinión. Entiendo que le moleste, porque a lo mejor se rodea de personas que solo le dicen lo que quiera oír. Menudo ejercicio personal de Coaching o mentoring...
Si hubiera perdido 5 minutos en investigar mi biografía, se hubiera dado cuenta que no tengo un interés comercial. Al revés, su Asociacion me interesaba, hasta que se perdió el foco al final de la presentación.
Aprovechó que usted ha mencionado el fracaso, para decirle que participe en el FuckUpNights Madrid Volumen X contando mis cagadas profesionales en público. Lo cual es un ejercicio de humildad que recomiendo a todo el mundo.
Por otra parte, decirle que me quede no sólo hasta el final del acto, si no que le expuse su actitud súper presidencialista a su compañero gallego.
Cierto es que no todas las empresas que subieron al escenario tienen éxits pésimos, y metí en el mismo saco a la gente de Youthspain y alguna más. Así que hubiera entendido el disgusto de las mismas, pero no el de usted. Resulta curioso que diga ser mentor y no acepte una critica sobre su labor profesional. ¿En casa de herrero cuchillo de palo? A mí también me pasa, no somos perfectos en todo.
Lo de mentores de larga trayectoria, es como lo de Confebus frente a Blablacar, o los hoteles tradicionales y Air bnb, el mercado cambia a diario, y el llevar 20 años en algo no significa es un plus. De hecho, hay muchas personas cincuentañeras certificadas que no consiguen resituarse en sus mercados laborales. La nueva economía del conocimiento posibilita solucionar problemas a las empresas sin que un título o certificado diga si es apto o no.
Acabo, agradeciéndole su crítica hacia mi persona, de la cual aprendo a que debo elegir mejor las palabras para que usted pudiera aceptar una sugerencia sin que usted entre en la descalificación hacia no sólo un potencial asociado, si no prescriptor de otros muchos profesionales del ramo. A los cuales, remitiré a su comentario para que juzguen ellos, si es de su interés encontrar a otros compañeros a pesar de un presidente que no admite una crítica constructiva.
Saludos
Gonzalo Osés
Hola Gonzalo,
ResponderEliminarMe parece que has definido con claridad, lo que esta asociación es. Por lo menos, lo que aparenta ser con su discurso. En cuanto al comentario del Señor Casares, el tono que tiene , con ataque personal está fuera de lugar dentro del mentoring. Una asociación con la figura presidencial está ya caduca y su actitud igualmente. Si como dice, representa a esta asociación y este es la tono que tiene, yo no quiero saber nada de ella.
Saludos
Lo que relatas, Gonzalo, me recuerda muchísimo a lo que ha pasado y está pasando con el Coaching y la pasión "certificadora" de muchas Asociaciones (que en ese caso es un modelo de negocio más o menos válido para certificar programas y conceder certificaciones solo a los que paguen cuota, sin atender a su trayectoria o méritos, por eso hay unas cuantas de ellas).
ResponderEliminarEs un tema sencillo, había una posible y jugosa cuota de mercado en el Coaching para empresas y mejor limitar el acceso haciendo proselitismo de la certificación como único baremo posible para saber si un coach es bueno o no. Está quedando demostrado que no es así (desde 2009 jamás nadie me ha pedido una certificación para servicios de Coaching) por lo que entiendo que el mercado está poniendo a cada uno en su sitio y es la trayectoria profesional y los testimonios de los clientes los que mejor certifican una trayectoria.
Al señor Casares me veo en la obligación de decirle que no conoce a Gonzalo Osés y que, como mínimo, su opinión es poco rigurosa. Osés es de esas personas a las que el mercado le ha puesto por méritos propios en un sitio en el que puede demostrar, a través de hechos y testimonios de emprendedores, no solo su cualificación como mentor y conector de profesionales, sino su éxito profesional real y constatable (múltiples de proyectos de emprendedores en marcha, funcionando y con clientes). Gonzalo Osés no vende entelequias de salón o negocios o, como usted dice, libros, en conversaciones de café y canapé, como hacen muchas personas. Él “está en el barro” del mentoring día a día desde antes que “abran las calles”. Ha pinchado usted en hueso, porque ha topado con un auténtico profesional de esto, ya ve.
Desde ese lugar que ocupa, créame que tiene bastante autoridad para opinar y decir lo que dice, porque tiene claro que en el espíritu del mentor no está nunca el hacer valoraciones gratuitas ni buscar ningún beneficio que no sea el de la empresa o personas a las que presta su ayuda, por lo que permítame que dude de la racionalidad de su comentario, en cuanto a lo que dice. No opino de las formas que emplea, porque no tengo yo que enjuiciarle (creo que ya lo hace usted solo), aunque desde luego permítame decir, desde la simple lectura de cómo dice lo que Vd. dice, que a mí particularmente no me inspira Vd. la necesaria confianza desde ningún punto de vista, menos todavía sin conocer a quien critica o enjuicia.
Permítame además solo un par de preguntas más: ¿Quien y sobre qué se atribuye el conocimiento y la capacidad específicos para decir si un coach o un mentor "cumple la norma" sin existir norma alguna, sin existir estudios o práctica reglada? y la segunda ¿Terminará habiendo mentores de 23 años, como hubo coaches, procedentes de los viveros de recién explotados (perdón, licenciados) de las consultoras grandes? Tiempo al tiempo.
Únicamente permítame un pequeño comentario, a modo de humilde recomendación: Creo que su asociación debe andar viva y despierta, porque en unos meses, si es verdad que el mercado del mentoring emite un perfume atrayente, va a tener a unas cuantas mas intentando comerse la tarta. Intenten dar primero, luego no digan que no se lo dijeron antes. Ahora bien, por ese camino, permítame decirle que su porvenir es, como poco, bastante nublado.
Amigo Gonzalo, ladran luego cabalgamos. Igual que un carnét de conducir no garantiza que sepas hacerlo - tan solo que has pasado un test de señales y has aparcado en batería -, una certificación comprada de mentoría no demuestra nada. Hace 33 años que tengo el carnet de conducir y tras más de 700.000 kilómetros conducidos en lluvia, nieve, niebla, noche cerrada, caminos, puertos de montańa, ...sigo aprendiendo, y cuando veo un coche con la L , decaprendiz, me aparto a una distancia
ResponderEliminarSoy DiveMaster certificado desde hace 22 años , y he guiado a muchos grupos en su bautismo submarino. Para eso sí que hace falta un carnet , y un seguro, aunque lo que realmente es una garantía es l a experiencia acumulada de cientos de inmersiones.
Hace 10 años que mentorizo activamente proyectos y personas... ( no unicornios, todavía) , y lo mejor que puedo decir es que mis mentorizados me siguen llamando y consultando, después de 6 u 8 años -imagino que no lo harían de sentirse estafados o defraudados-. Ups! Me acabo de dar cuenta de que no tengo un carnet para eso del mentoring ¿es grave doctor?
Querid@s mentor@s, menuda la que habéis liado en este rincón del ciberespacio!!
ResponderEliminarMe encanta el debate.
Pues por alusiones, quizás convendría aclarar que esta Asociación sin-ánimo-de-lucro, es un modelo abierto, participativo y comunitarizado en red, que se autoaplica los modelos crowd tan cacareados que la mayoría de presentes utiliza en sus propios negocios y en el modelado de negocios ajenos de emprendedor@s osad@s a los que mentorizan y acompañan, así que no acabo de ver qué problema hay en que unos quieran certificarse y otros quieran tirarse en marcha una vez que el “spin” comienza su viaje…
En el Congreso se lanzó la pregunta sobre si tendría sentido certificar/acreditar la actividad de mentoring; pregunta que ya se había lanzado previamente vía encuesta al colectivo registrado en AMCES. Se buscan respuestas. Para los que quieran hacerlo dentro del colectivo. Y para los que no quieran que digan lo que quieren y como lo quieren, y que lo hagan. Y se lanzaron más preguntas. Y sí, hay mentores de 23 años, en muchas universidades y en otras iniciativas, porque siempre hay los que van por delante y “ya han estado allí” cuando llegan los que vienen después. Y se ayudan entre ell@s.
En cualquier acción colectiva, como puede ser una asociación, rigen las mismas normas de autorregulación de cualquier ecosistema de la naturaleza, o sea, todas y ninguna, ya que existen variables que hacen impredecible el comportamiento futuro del sistema. Hay disparidad de opiniones y una forma de construir conjunta, co-creación propiamente dicha, es decir, el todo es infinitamente más creativo y fuerte que las partes por separado. Sólo hay que dejar que fluya la acción, porque sin acción no hay vida, no hay progreso.
Yo no estoy de acuerdo con muchos de mis colegas asociados/registrados, ni ellos conmigo. Eso es lo bueno, así se enriquece el ecosistema, y así se produce el avance, la mejora. Y ahora estoy, y a lo mejor mañana no estoy, pero seguiré pensando lo mismo. Sumar, multiplicar.
Yo mismo en octubre pasado, con sólo 4 meses de la recién nacida AMCES, propuse a una docena de mentor@s galaicos la oportunidad de crear nuestro propio modelo de acciones para impulsar la Asociación como se nos antojase,… y aún sigo esperando a que alguien comparta alguna propuesta colaborativa.
Entonces de qué nos quejamos?
De una Asociación que ha nacido y está creciendo sin recursos de forma viral?
También soy de los que hago, y aprendo_haciendo, y me quejo, y pataleo, y doy una hostia en la mesa cuando hace falta, y debato, y asertivamente digo-lo-que-hay-que-decir, y también prefiero ir acompañado ayudando a otros, no dividiendo.
Creo firmemente que es más fácil construir algo en pluralidad y tolerancia que destruir lo que otros hacen. Y prefiero hacerlo desde dentro. Y cuando proceda, desde fuera.
Me gusta más hacer que deshacer.
Y me consta que a tod@s vosotr@s también.
Hagamos pues.
Gonzalo, tenemos pendiente ese café ;-)
(también le posteo esto a mgarciaga en su post, café incluido)