Últimamente, me veo obligado a declinar
colaboraciones para acelerar apps o
software en el mercado español, (licuar
la comunicación y encontrar a los responsables de compras de las empresas
líderes).
Hay dos causas principales, por un lado, el
derrumbe de las barreras de entrada a la tecnología, ha hecho que
por 6.000 € tienes una app en iOS y android, con lo que los ex
asalariados (anti emprededores) y centros tecnológicos fabriquen apps como churros, sin cerciorarse si se lo están ofreciendo a alérgicos al gluten. ¿Cuántas
apps españolas tienen más de 10.000 usuarios activos?
Es decir, de poco sirve una app, sino se ha pensado con un profundo conocimiento del mercado al que se dirige. Vale que Steve Jobs decía que el consumidor no sabe que quiere
hasta que se lo enseñas, pero hay un mundo entre el extraterrestre Jobs y nosotros.
Ahora que a los centros tecnológicos españoles
les han reducido la financiación pública, vendría bien, que los señores
ingenieros se quitarán las orejeras y se dejaran aconsejar por las pymes expertas
en sus nichos de mercado, para asegurar que el tiro de en la diana. .
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