Gonzalo Osés

Gonzalo Osés

jueves, 14 de febrero de 2019

Cómo potenciar el talento de su hijo


Necesitamos una alteración de las actitudes paternas hacia el talento y el éxito, un cambio en las actitudes de los maestros hacia los estudiantes altamente creativos, así como en las actitudes que los mismos niños adquieren incluso antes de ir a la escuela”.

El párrafo anterior es el antepenúltimo del libro “Cómo potenciar el talento de su hijo” de David Lewis escrito en 1979… cuya traducción de 1982 me encontré hace un mes en el mercadillo de Fuengirola, antes de pillar el libro "vitamina creativa para mentes inquietas" de Juan Pastor y Violeta González  sobre creatividad, y que me sirve para argumentar que son los padres quienes limitan los dones que con los nacen los niños. Bueno, los padres y de nuevo, el profesorado al seguir enseñando como enseñamos. 

David pone el foco en la forma que planteamos la resolución de problemas, auténtica droga para el cerebro de un niño de menos de 5 años. Destacando que manipulamos los datos para que la solución sea una sola, y qué pasa si hay otras posibles soluciones, pero el docente no la admite, pues que lleva al aprendiz a creer que es un error, a sentirse fracasado, ansioso, frustrado, a desconfianzar consigo mismo, y al final a no esforzarse lo más mínimo. ¿Para qué? En su propia palabra, “problema: tarea que requiere la manipulación de supuestos a fin de alcanzar un objetivo... y los niños los resuelven para comprender el mundo” 

Mientras leía el libro me acordé de un comentario que de texto que hizo en tercero de BUP, el profe me dijo “no te puedo suspender porque lo que planteas no está mal, pero no es lo que se espera”, me tenías que ver, un chaval malo en lengua y pésimo en matemáticas, planteando una nueva vía en la literatura de un autor, pero al profe le faltó horizonte para premiarme por ello, y debí acabar con otro bien más a la colección. 

Otro libro valiente que no se calla, y que se sigue vendiendo, como cosquillas como si los padres de ahora no hubieran aprendido la lección cuando fueron niños… Que por cierto también tiene palabras amables para los padres como “en el drama de la moderna vida familiar, parece que a los padres se les otorga cada vez más el papel de malo.” Para pasar a describir las posibles causas de por qué los padres limitan a sus hijos, sin pelos en la lengua. 

En el manuscrito encontramos distintos test para avaluar qué tal somos como padres y cómo podemos mejorar como profesores o mentores, y enriquecer al aprendiz que todavía recuerda su don, porque al parecer a los niños pequeños les hablamos muy lentos como a unas cien palabras por minuto, pero pueden comprender hasta 175 o 200.  Otra frase mítica es que queremos “niños encantadores en vez de inteligentes”, y la consiguiente descripción de qué acciones debe hacer y no hacer El Niño para un gran crecimiento y que son problemáticas para los padres. 

Parece curioso que, de nuevo, el fracaso sea un tema letal, siendo importante no focalizar en si ha tenido éxito o no, si no en lo que ha aprendido. O como dice él “su hijo nació para tener talento: capacidad intelectual, social y creativa”.  Justo lo que se pide ahora como trabajadores a los que fuimos niños hace 40 años.  

Te recomiendo que leas la siguiente foto de la página 243, donde describe el sistema educativo de occidente como “absolutismo moderado por la incompetenciamuchas escuelas son carreras transportadoras para la mente, que toman inteligente niños y los convierten en mediocres tras diez o quince años”. Sobre el para que los dejan así, estoy leyendo un libro muy interesante que te cuento el jueves que viene. 





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