Gonzalo Osés

Gonzalo Osés

sábado, 29 de febrero de 2020

Objetor al pánico del Coronavirus


La foto que encabeza este post la hizo ayer el periodista cultural Andrés Castaño, y le dio un sentido de movimiento a la reflexión del artista Eugenio Merino en la Galería ADN en la presente edición de Arco. 

¿En qué estaría pensando Andrés para sentir que la urna se estaba cayendo? ¿En la supresión de derechos y libertades que están derribando los gobernantes y gestores privados con la excusa del Corona Virus?

Curiosa la excusa con la que el Valencia club de futbol se ha quitado a la molesta rueda de prensa tras una nefasta semana deportiva… ¿Se han plantado los periodistas a no retransmitir el partido de hoy? Europa no es China donde un régimen totalitario decide cuánto vale tu vida. Ahora el gobierno italiano recula tras la aceleración de su recesión por el alarmista estado de sitio al norte de Italia, Por lo menos no cancela el Fuori Salone, lo traslada de abril a junio. La feria por excelencia del diseño, más gorda que el Mobile de Barcelona con medio millón de visitantes. 

Eres muy libre de reaccionar como gustes con tu miedo, y ser parte del problema y no de la solución, pero no cuentes conmigo, me declaro objetor a crear pánico por el Corona Virus. ¿Sabes cuántas personas mueren al año en España por gripe? alrededor del millar. ¿Te acuerdas de la gripe aviar, de las vacas locas, la gripe A? ¿Moriste en alguna de ellas?

Antes de ayer hablando con mi madre que supera los 80 años y por tanto está en grupo de riesgo, me decía “Voy a seguir haciendo mi vida, mañana me voy con las amigas al coloquio sobre la historia de la ciudad… Sobre el miedo al Corona, cero, vivo feliz, en plenitud, si me voy de ésta, así le dejo sitio a otra persona para que disfrute de la vida”. Suscribo las palabras de mi madre, si me fuera ahora, genial porque he vivido la mitad de años que mi madre, pero desde septiembre mi vida ha sido un gran regalo en plenitud. 

Cuando la noche del 16 de mayo del 2011 retuitteaba en Twitter, jamás pensé que en una década alguien inspirado en el 15M llegaría a ser parte del gobierno de España. Como somos lo que hacemos, es importante que demuestren tener altura de miras y sangre fría, al gestionar el mejor sistema sanitario del mundo, donde un test del corona virus es gratis cuando en USA cuesta 3.000 $.

Si este gobierno central u otros gobernantes locales autorizan estados de sitio censurando actos públicos de más de mil personas, a los que tenía planteado ir en Madrid por la gripe del Corono Virus, que sepan que me declaro objetor y nos les voy a hacer caso. En su derecho están de detenerme. Si resulto infectado, encantado de quedarme 40 días en casa, y así acabo mi segundo libro. 

No le tengo miedo a la gripe del Corona virus, ni a los que nos quieran limitar la libertad con una excusa tan burda. Por mucho que los medios de incomunicación generalistas saquen licita tajada publicitaria con las audiencias, con noticias a medio confirmar como lo de las mascarillas, que solo sirven para no contagiar a otros, no para no contagiarte, aparte que una de papel o tela hace poco al mojarla a base de saliva a base de estornudar. 

Como estratega, alucino como el corona virus está tirando abajo el castillo de naipes de nuestra formada y científica civilización, ¡qué fácil es manipularnos! Hasta yo estoy escribiendo de algo que hace un mes me reía. Cuando ya hace una semana que por lo menos, un laboratorio europeo está probando con monos, y en unas semanas deberían salir varias vacunas basadas en la de la malaria, o a lo mejor esperan para inflar el precio, vía deuda estatal. Por cierto, la estructura del bicho parece sintética, pero esto no lo puedo demostrar ahora. 

En definitiva, me niego a crear un entorno donde la libertad de expresión se tolerase solo cada 29 de febrero. 

Te sugiero seguir al perfil de Twitter @CoronaVid19. Adigital tendríais que darle el premio al community del año. ¡Que arte! Que jartaa de reír. 

jueves, 27 de febrero de 2020

#FeedbackLibro “bla bla bla”

 

Donde dije, digo, Diego. Sí, sé que escribí que mientras escribía mi segundo libro durante un par de meses no iba a leer otros libros, para no influenciarme. Lo sé, pero ayer en el Museo de La Neomudejar CAV (Centro de Artes de Vanguardia) no pude resistirme a comprarlo, leerlo y bloguearlo.

Es un placer leer la disertación que realiza a través de 50 capítulos sobre un tema tan importante como es el bla bla bla. Además de la cuidada edición del canto de las páginas acabadas en dorado. 


Un genial planteamiento, que refleja la sociedad que estamos construyendo, donde se valora al peso las hojas de disertación, así como lo mucho que las valoramos si entroncan con nuestros valores, miedos y expectativas. Dando exactamente igual, de quién es la autoría del artículo, de la web, del libro, como es el caso, quién lo haya creado se ha guardado el ego occidental, y no necesita el salario emocional, para el postureo en el Instagram. ¡Qué grande o grandes!

Llama la atención la numeración de las esquinas superiores, siendo en la de la izquierda el punto inicial del capítulo donde se está, y el de la derecha el último punto que está tratando.  



En definitiva, más que un libro es de esas genialidades, que se ven en la Neomudejar, y me llevan a una nueva reflexión, a seguir en mi libro, bla bla bla... 

martes, 25 de febrero de 2020

Liminilidad en Horeca



Ayer al visitar la feria HIP (Hospitality Innovation Planet), es decir, canal Horeca (Hoteles, restaurantes y cafés), me acordaba del momento tan liminilidoso al que asistimos, donde coexisten lo nuevo con lo anterior. 


Por un lado, el espacio de charlas sobre cocina fantasma, delivery, automatización total de la cocina de restaurantes (Macco), las conseguidas texturas de carne de pollo (Heura foto 1) y atún (Tunato foto 3) vegetales, la impresión 3D de carne (Nova Meat foto 2), la app que facilita a los restaurantes a disponer de un sumiller (The Wine O´clock), o si te subías a la planta a ver los stands de los digitales… estaban abarrotadas de personas menores de cincuenta años, hablando en un lenguaje que te entendías a la primera. 


Luego cuando nos fuimos a los stands principales de los proveedores tradicionales para empezar a chequear proveedores de maquinaría, packaging, ingredientes, nos sorprendía el choque cultural, al plantarles una cocina fantasma y su posterior replica si la cosa iba bien. Hubo gratas excepciones (David por explicarnos cómo cocinaba el horno sin salida de aires), pero la mayoría habituados a las grandes compras de grupos hosteleros estaban encantados de contarnos las cien referencias de su gama, cuando sólo preguntábamos por una. Por cierto, la edad media superaba la cincuentena, y es de aplaudir porque son comerciales que sobrevivieron a la crisis anterior, donde otros sucumbimos. Auténticos supervivientes, que bordarán en unos meses su capacidad para adaptarse al medio siempre cambiante de la hostelería. 

Ambos entornos se fusionarán en el momento que lo exponencial, digital, iot, robótica, entrenamiento intenso de algoritmos pase a ser algo rutinario de cada día, y los vendedores entiendan que su empleo no está en juego, siempre que no sea fácil, rutinario y aburrido. 

Pocas profesiones son tan emocionantes como la solución de problemas ajenos a través de la venta.

¡Plena venta!


sábado, 22 de febrero de 2020

First Lego League Madrid 2020


Reconozco que lo de hacer cosas normales y rutinarias me aburre solemnemente. Para combatirlo nada mejor que asistir a las clases magistrales de innovación a la par que gestión de talento, que nos imparten los equipos de cuatro a diez personas, entre 10 y 16 años que concursan en la First Lego League. Hoy en la final autonómica madrileña en la Universidad Camilo José Cela.

Es un placer ver cómo proponen soluciones al desafío lanzado este año para hacer ciudades sostenibles, y cómo les condiciona el ecosistema donde viven, así como la educación que están recibiendo tanto en el cole, en casa y en su localidad.

La selección se divide en dos, por un lado, las misiones que ponen a prueba el robot que son evaluadas por los árbitros, y por otro una presentación ante los jueces donde se analizan el proyecto científico que han creado planteando su solución al desafío y cómo la han investigado y desarrollado; los retos que han superado en el diseño del robot tanto en el hardware como el software; y sobre todo, y casi lo más importante para mí, si realmente se han divertido y cómo han fluido los talentos de cada miembro del equipo, respetándose para conseguir un resultado exponencial. 

Ganar esta fase para ir a la final nacional se suele conseguir cuando se juega unas cuantas ediciones, y se va asimilando la esencia de los valores de la FLL, olvidándose de las ansias de las direcciones de los colegios por ganar, de la presión de los padres retransmitiendo en directo su presentación, de que en vez de un examen es una fiesta, de las directrices de su entrenador, y sacando su esencia, su compañerismo, su convivencia, sus capotes que se echan los unos a los otros, y se dan la oportunidad de volver a ser niños y adolescentes, a jugar, a experimentar, a atreverse a bajar la luna para echar un partido, sin perder la esperanza y la ilusión por la que todo se puede lograr.

Este año, un equipo compuesto por mujeres ha arrasado, puede que si se suma tecnología, método y compañerismo bajo una visión femenina, se dé con la clave alquímica del éxito. Mucho que aprender de ellas. 

Lástima que hasta el año que viene no se dé la próxima clase magistral, mientras llega ese momento, me quedó con las reflexiones y las reacciones de mis profes, para seguir ampliando el campo de juego de la educación que nos traemos entre manos, y que en un par de décadas lideran ellos. Gracias.

¡Pleno aprendizaje!

jueves, 20 de febrero de 2020

Cinco meses


Hoy se cumplen cinco meses desde el momento que volví a recuperar la consciencia y comprender que seguía vivo, tras 24 horas jugando al mus con mi inconsciente en la UCI, se ve que no era el momento de perder la partida vital. 

Ha coincidido a nivel profesional, con que ayer envié un presupuesto para una posible relación de intermediación comercial, cual abre puertas acercando innovación al mercado. Mola, volver a enviar ofertas para abrir el campo de juego. Aunque echo en falta a mi equipo de compañeros de la rehabilitación, con los que celebraba mi cumple mes. Donde el recuerdo de sus miradas sonrientes impulsa mis velas para seguir navegando por el océano laboral. 

A la vez, el martes fallecía una hermana de mi madre con 95 años, la cual ha sido una estrella que ha guiado a los reyes magos de sus hijos, su marido y amigos durante casi un siglo, pero que el último año se lo pasó desmemoriada sin poder siendo brújula.

Tuve que cancelar la comida y otras celebraciones de cumple mes, y me sorprendió una frase de una persona con la que había quedado “vaya, lo siento”. Lo cual, me generó varias reflexiones:
-       Cómo asociamos el verbo sentir a una circunstancia negativa. Quizá por reflejo de que en los telediarios salen solo noticias negativas excepto que sea de deportes cual opio del pueblo, o válvula de escape. 

-       ¿Para qué sentir pena? Deberíamos sentir alegría por la gran vida que ha desarrollado y creado a su alrededor. Quizá, estemos demasiados condicionados por lo material y la posesión de la vida como si fuera un objeto, una cosa que nos pertenece, cuando quizás seamos nosotros quién le pertenecemos a ella. La energía de mi tía sigue su viaje, en cambio, se afligen los que se quedan en esta vida, cuando tenemos el encargo de sentir sobre todo plenitud, alegría y vitalidad. 

-       Aferrarse a la vida, puede ser también por nuestro desconocimiento científicamente probado de lo que pasa con tu energía una vez que has acabado esta vida. ¿Es necesario alargar la vida por el hecho de estar vivos, aunque ya hayamos hecho lo que veníamos a hacer, y ya no vivamos en plenitud? Puede que como plantea el transhumanismo y la Singularity demos muerte a la muerte para el 2050, pero mientras ese momento llega, asistimos a una liminidad en la que se alarga la vida de cuerpos a los que sus propios descendientes les ha despojado de sus funciones y sus lazos de amistad. Y si, ¿la muerte y la vida son una sucesión de etapas en bucle de un viaje?


Esta mañana en el el soleado cementerio me sorprendía la lápida que preside este post. 

Y ¿si nos hacemos la vida mucho más fácil?

¡Plena facilidad vital!

martes, 18 de febrero de 2020

Vuelta al cole


Ayer se conjugaron los astros para que mi vuelta al cole fuera muy excitante.

A las 9:00 volvía a asistir a una nueva masterclass sobre Inteligencia artificial impartida por Kai-Fu Lee (inventor del reconocimiento de voz). Muchas gracias por la invitación a los directores de la escuela Aprendemos Juntos.


En el recreo me juntaba con la pandilla de amigos techies IPeros, y haciendo peñas del lunes me quedé de charla con la referencia Maker en los madriles tan excelente como humilde, redesayunando porras a media mañana y arreglando el mundo unas cuantas veces.


Después comida, con mis compis de la rehabilitación del barrio, celebrando que una de ellas ya está de alta, y otra que está a punto de caramelo. ¡Felicidades!


Por la tarde, de nuevo a clase en Mezcla 2020 organizado por la asociación de hostelería de Madrid. En dos semanas volvemos a presentar el proyecto al inversor de comida rápida saludable, y toda escucha de los cracks del mercado es buena para evitar que las cagadas sean de índole planetaria o no. 


De todas las charlas aprendí, y  flipé con la de los grandes grupos, donde fue un placer ver la frescura y el buen rollo que tenían los dueños de muchos “restaurantes para coleccionar en Instagram” cómo decía Caldos de Tatel. Lo mejor fue cuando Nino de La Ancha le preguntó Miguel Nicolas de Lalala y a Alex de el Escondite ¿Cómo hacéis para que los restaurantes funcionen sin estar físicamente vosotros? Muy interesante la respuesta de Miguel “motivar a nuestro empleados para que se sientan parte de la familia, incluido premios mensuales, trimestrales”. 


Ahora a seguir escribiendo mi libro con otras preguntas tras las reflexiones del profe Lee y preparar otros proyectos, y por la tarde, de cocinitas con mi socio a tomar decisiones. 


¡Pleno martes!

jueves, 13 de febrero de 2020

Kintsukuroi



Al día siguiente que Daniel, (mi médico de la Fraternidad), me diera el alta laboral, me fui a visitar a mis padres, ya 
jubilados en la playa. Al despertar al día siguiente y coger el móvil, con el cable del cargador tire un cuenco que había en la mesilla de noche donde dejo las llaves y los dineros… Hace seis meses lo hubiera tirado a la basura, hoy he aprendido a tener la paciencia para darle una segunda oportunidad y hacer un Kintsukuroi, reparándolo, al saber que el objeto es más bello por haber estado roto. Mostrando una nueva vitalidad, capacidad de resiliencia y superación. 

Mientras lijaba, pegaba, embellecía el cuenco de barro, pensaba en la actitud con la que los duendes de verde de rehabilitación de la Fraternidad han pegado mi físico. Desde la alegría y vitalidad de Marisa, Nieves y Rocío, a las conversaciones abiertas de Cris, Edu, Rubén, Leire, Vanesa, Guiomar, Keka, Rocío y Aitor que te invitaban a interactuar con ellos como iguales, cual fraternidad. Mientras sus expertas manos te iban lacando con oro las grietas de tus músculos, y de energía positiva la mente, para intentar PNLearte y convencer a tu cerebro que el dolor se tiene al despertar el cuerpo, pero el sufrimiento se elige, y así recuperarte antes. 


Desde el primer día que llegué al taller de alfarería humana, me recordó a los campamentos de verano que iba de niño. Enseguida estuve rodeado de cuencos que se esforzaban a diario por cerrar sus lesiones y armarse de valor para volver a ser contenedores de conocimiento, sabiduría y alegría para facilitar la existencia a otras personas. Aunque a veces pareciéramos una colección de jarrones chinos, parte de mi capacidad para volver a ser un facilitador de innovación se la debo a las conversaciones con esos maravillosos jarrones, jarras, platos, cuencos, vasos, copas, vasija de porcelanas y de barro que me han acompañado durante cien días en el taller de reparación cerámico. 


Gracias a:
-       A Luis (femur) por su enorme sorisa inasequible al desaliento, llueva, truene o nieve.
-       A Pilar por enseñarme a sobreponerme para ayudar a los demás sonriendo por muchos vértigos que le dé su hombro. 
-       A Javi (app) por recordarnos cada día al llegar la importancia de estar vivos.
-       A Teresa por enseñarme que el equilibrio es mejor que vivir al límite. 
-       A Blanca por empeñarse a que anduviera bien con la pierna buena, porque se me había olvidado.
-       A Sandra por subirse a la bici para acompañarnos en las últimas rampas del Col do Tourmalet del nivel 16 (tope). A la par que instruirme sobre los diferentes andares de los elefantes marinos y los pingüinos. 
-       A Julio por ayudarme a estar más conectado con mi ser.


-       A Manu, por las “carreras” de columna a columna que me ha ganado, excepto la última que hubo que tirar de VAR.
-       A Alberto por mostrarnos su sonrisa a diario a pesar de los dos meses que se pasó “probando” camillas durante horas, ¿para cuándo un mus en el bar?
-       A Stephi por enseñarme a ser paciente, y pensar cantando sin perder la sonrisa
-       A Antonio (tibia) por enseñarme los baches del camino para que no cayera en ellos. El día que hice las sentadillas sabía que por fin volvería al ruedo laboral. 
-       A Claudia (Vanesa adivina quién es) por su capacidad para mirar a la vida de frente y ser asertiva.
-       A Carmen por enseñarme resiliencia y como remontar los bajones con una rubia sonrisa.


-       A Nacho por enseñarme a andar como los pingüinos.
-       A Luis (cervicales) por ponerle swing a la vida.
-       A Patricia por sonreír con la mirada, mientras sus cervicales le retaban a Edu.
-       A Ángel por sus enseñanzas cual pozo de sabiduría vital
-       A Marta por su capacidad de sobreponerse y mirar para adelante
-       A Antonio con gafas (tobillo) por darme relevos en las largas etapas de bici
-       A Ezequiel por esas charlas entre autónomos que nos dan tanta vividilla mientras pedaleamos.


-       A Nataly por dejarme pasar el turno con Rubén sin perder la sonrisa
-       A Olga y Rhonda por no perder la sonrisa pasará lo que pasará
-       A Antonio (tobillo) por permitirme hacer click para ser parte de la solución.
-       A cristina por sobreponerse a lo que pueda venir sin perder la ilusión
-       A David por los entrenos para preparar la san silvestre 2020… La 2019 se nos pasó. 
-       A Rubén (Javí) por enseñarme a andar sobre los talones, algún día bailaré.
-       A Ramón y Milton por enseñarme a “callar” y escuchar, porque todas las personas tenemos algo interesante que contar y aportar a los demás.



PD: Muchas gracias también a los de sonrientes futuros alfareros de blanco: Marie, Hugo,  Esthel, María, Matilda y su compañera, por masajear nuestras músculos y tendones con laca de plata. 

PDII: 100 gracias por cada día que me habéis hecho la vida más fácil, puede que coincidamos en el futuro, de momento  que nos quiten lo casi "bailao". 



martes, 11 de febrero de 2020

De alta laboral por la magia de la Fraternidad


Estar hoy de alta, tres meses antes de lo estimado tras la prueba vital que tuve el 19 de septiembre cuando me caí de mi moto, yendo al trabajo, se debe en gran parte a ello, a la fraternidad que crean a diario sus mágicos empleados.

La rehabilitación como MotoGP o la Fórmula 1 es un deporte de equipo, donde el impaciente piloto se lleva las mieles de la victoria gracias al trabajo silencioso y la mirada sonriente de un gran equipo de ingenieros de la plenitud, que nos enseñan a ser pacientes, y a ser conscientes que la vida es ahora, y con una sonrisa, buen rollo y entreno, se consiguen grandes resultados.

Mi victoria vital es gracias a:

A los chicos de las ambulancias que empezaban cada mañana a coachearme para ser consciente de la suerte que tuve. En especial a Luismi que me enseñó a subir y bajar los escalones de mi portal cuando pase de la silla de ruedas a las muletas. Muy bueno el método "qué pie va al cielo y qué pie al infierno".

A Rosa (ponte mejor), Mercedes y Tina por convertir los lunes en viernes nada más entrabas al reino de la Fraternidad.

A Marisa y Nieves, excelentemente secundadas por Rocío, por explicarme las reglas del juego, y darme siempre una solución que me facilitara la vida e hiciera más fácil el trabajo a sus compañeros.

A mis médicos Daniel Celso, Fernando Ordoñez, Barbara Batres y Ángel María Tortosa por tener la valentía para tomar decisiones. Agradecer especialmente a Daniel su diligencia durante los cinco meses, y dirigir a Iván y Erika para ganar la batalla a mi herida abierta, que me permitió comenzar la rehabilitación. Y cómo no a Fernando por su enorme empatía para hacer llevadero lo que podría haber sido un via crucis cervical.

A mi fisio Rubén y sus compañeros: Edu, Vanesa, Leyre, Cris, Guiomar, Keka, Rocio y Aitor, por crear un gran ambiente de trabajo entre ellos, que te contagiban el buen rollo, y las ganas de disfrutar cada momento en plenitud, por mucho que los músculos, ligamentos, tendones, tornillos, huesos o la mente estuvieran perezosos. ¿Quién me hace un cyriax? 🤣

Cómo no, agradecer a Rubén la paciencia que tuvo con mi verborrea, y sus estrategias para sacarme rápidamente de la silla de ruedas, y luego de lás muletas, 👏.

Por último agradecer a esas personas que no se las ve tanto y son fundamentales, como Elena de administración y su paciencia con mi gestor; Teresa de transportes; Noelia y Mayte siempre diligentes y atentas a mis despistes como olvidarme el papel del alta laboral. Será que mi inconsciente querría volver hoy allí.

Y a las mujeres de la limpieza, Laura y Juani que hicieron un muñeco de nieve super chulo, y tenían el gimnasio como los chorro del oro, por mucho que nos empeñamos en practicar canastas de basket con las pelotas de papel.

Gracias por ser como sois, hacéis lo que hacéis, y sobre todo, cómo lo hacéis.

PD: hay otro gran equipo de personas que ha convivido conmigo a diario, de ellos escribiré el jueves.

miércoles, 5 de febrero de 2020

Crearme el trabajo


Hace unos días una amiga me preguntó “¿qué tal va la búsqueda de trabajo?”, a lo que respondí, "como en ocasiones anteriores, el empleo me lo creo". 

Creo recordar que tan sólo he respondido una vez a un anuncio con una oferta de empleo, y fue hace un cuarto de siglo para ser repartidor de Pizza World mientras estudiaba Administración de Empresas. Por esa época, acabe escribiendo relatos en la revista La Moto, tras enseñar un prototipo de relato a mi admirado César Agüi en una visita al templo que era la redacción de Motorpress que me facilitó Juan Pedro de la Torre, ¡gracias!

Con 25 años acabando la carrera (mucha cafetería y organización de fiestas), en el Salón de la Moto de Madrid en Ifema, aproveché para darle un curriculum a cada encargado del stand. En el de una marca de ropa de moto que desconocía, me entrevistó mi futuro jefe y me dijo, “me da igual la formación que tengas, lo que me interesa si eres un buen comercial”. El día que fui a la segunda entrevista, flipe al ver que aquella marca de ropa era de la empresa que era distribuidora de motos Honda en Madrid. Empecé de chico de los recados, pero a los tres meses, acepté llevar un concesionario oficial de los dos que tenían en Madrid. Aquel curro me encantó. 

Con 29, y aprovechando la otra vez que también me rompí un hueso por otra caída en moto, me acorde que de pequeño quería tener una fábrica de motos. Ya sabía venderlas, así que tocaba aprender a diseñarlas, así que pare y estudie la ingeniera técnica diseño industrial en el IED de Madrid. Acabando la carrera, volví a Ifema a ayudar a un profe a montar su stand, y allí me encontré a una persona que se acordaba de las fiestas que montaba en la uni. Resultó ser parte de la organización de aquella feria, Casa Pasarela. Fue un placer ser parte de aquella feria y ayudar a descubrir y potenciar a jóvenes y talentosos diseñadores.

Con 36 la crisis del ladrillo se llevó por delante Casa Pasarela, así que me gané la vida creando una marca de estrategia e innovación con aquel chico que me reconoció en Casa Pasarela. De aquella época creamos el que hoy en vez de gin-tonics bebas cocteles mexicanos. 

Con 40 me tocó empezar de cero de nuevo, ya que mi hinchado ego no vio venir el bulling que me hizo mi socio, que se quedó con todo el negocio. En ese momento, escribí el libro "Abre puertas, cómo vender a empresas", para encontrarme un curro de lo que sabía hacer. Y bien que cumplió su objetivo. 

Hoy camino de los 45 y casi casi de alta laboral, agradecer a Mariajo Cano, que cuente conmigo para mi aterrizaje laboral en el próximo coworking EOI en Cuenca. Por cierto, nos falta una persona emprendedora para dar el pistoletazo de salida a la formación. ¿conoces a algún conquense que quiera aprender a emprender? Si es así que envíe un mail a cwcuenca@eoi.es y contará con la ayuda de un plantel de mentores curtidos en ventas y desarrollos de negocio. 

Tras la prueba vital del 19 de septiembre de 2019, tengo que retocar la puesta a punto del curro que cree, para el día que vuelva a conducir una moto estar en plenitud pensando sólo en eso, sin más preocupaciones que surfear la próxima curva. Aparte del libro que escribo ahora, toca convertir en clientes las innovaciones de hace un mes de la startup de comida, y otras cosillas que no hay que contar porque si no, no se realizan, es lo divertido de innovar, estar de pie para ver si has superado el reto inicial. 

PD: Jajajajajaja. Me ha salido una carta de presentación. Tengo la curiosidad, si se da la posibilidad, de ampliar este texto dentro de 30 años con las anécdotas laborales, camino de crear una nueva con tres cuartos de siglo en mi haber y unos cuantos lustros más por jugar a vivir. 

¡Vamos a ello!