Gonzalo Osés

Gonzalo Osés

jueves, 15 de marzo de 2018

Pon un payaso en tu vida


La semana pasada puede asistir a un ensayo del payaso Alfonso Jiménez de la obra  
"Mestre Fufo Circoncherto" que estará tan sólo en el Teatro Circo Price los próximo 24 y 25 de marzo. Y para mi sorpresa más que un espectáculo para niños, que lo es, me sorprendió, por su capacidad de reconectarme con mi esencia, con el niño que llevo dentro, con mis emociones. 

Por un lado, es una metáfora de las dos décadas que lleva actuando Alfonso, desde que decidió colgar su vida asegurada y lanzarse a su pasión, y por otro, al proceso en que estamos miles de personas, emprender, aportando soluciones en algo que nos apasione, pero primero tenemos que detectar qué nos apasiona a la par que podemos aportar.

Como el mismo dice “Como payaso, mi labor es emocionar. Crear fantasía e ilusión a través de la creatividad con el teatro y el circo como herramientas, y la música como elemento alquímico que le abre la puerta a la magia donde todo es posible…” Porque un payaso conecta con tus emociones, mientras un bufón tan sólo satiriza la realidad.


Mestre Fufo Circoncherto no es una sesión de coach, pero si es una forma de abrir la puerta a tus emociones positivas, a tus reflexiones, a darte una posibilidad de ser, de poder creer ganarse la vida alineado con tu hobby con tu pasión es posible. 

A la par, que poner en valor la ayuda estratégica en la que se está convirtiendo el mentoring, donde cada persona puede ayudar a otra a dar otro paso en su vida, para recuperar su esencia. Porque ya no hay maestros y alumnos, si no que todos somos enseñadores y aprendedores a la vez. 

¿Te atreves a que la música catalice tu esencia? Si es así, pon un payaso en tu vida. Nos vemos en el Price. 

jueves, 1 de marzo de 2018

Modelos de negocio #CC2B2S y CC2S



Hoy me he desayunado con la grata noticia de que una de mis fotos ha batido según Google Maps un récord de visitas a un bar malagueño del que ni me acordaba, y viendo la fecha, he empezado a recordar sirven raciones que cumplen la triple B: Buenas, bonitas y baratas.

Bien, aparte de la mini subida del ego, ¿qué más me aporta? ¿Aportar a la comunidad? Eso ya lo hago de por sí, me enseñaron al placer de dar sin recibir nada a cambio. De ahí lo de conectar. Además, paso de ir de foodie influencer y comer por el careto, por mucho que la mayoría de la gente que me sigue en Instagram lo haga por ver donde mis amigos me descubren sus bares, como el caso. 

A su Vez, acabo de leer el artículo de M. Victoria S. Nadal en El País Retina, donde plantea que los datos anonimizados que cedemos a las empresas, gracias al bigdata están siendo compartidos con instituciones como los ayuntamientos para poder conocer mejor escenarios como un atasco y crear una estrategia que lo resuelva, o con la ONU. Mi en línea con el anuncio de una marca de telefonía que va a compartir su big data con las empresas.

Todo ello, me parece muy bien, pero se olvidan de la fuente de todo, los creadores y productores, más que de los datos, de los patrones de comportamiento, que son privados y los crean de forma individual todas las personas que están trabajando en estas compañías e instituciones.

Recuerdo la frase de Peter Norvig en el libro “¿Quién controla el futuro?” de Jaron Lanier “mucha gente aportaría valor a la sociedad de maneras novedosas sino tuviera que preocuparse tanto por llegar a final de mes”. 

Por tanto, planteo a empresas como Telefónica y su cuarta plataforma que cierren el círculo y construyan la casa por los cimientos, gamificando los patrones de comportamiento de sus clientes y de sus empleados.

Es decir, un modelo de negocio CC2B2S donde el cliente y creador le ceda sus patrones de comportamiento a una empresa, de forma consciente y transparente, la cual tras gamificarlos, premia a los que son más útiles y ésta los comparta a su vez a una institución, la cual, puede volver a premiarle a la persona cliente y creadora de la misma, o a la comunidad.

Un dato de por sí, creo que esta en unos 7 céntimos de euro, si en un patrón de comportamiento diario de una persona que se librara de un atasco por ir salir a otra hora a lo largo de un mes tuviera 1.000 datos, estaríamos hablando de 70 €. Si analizas 10 acciones más cotidianas, te pondrías en el salario mínimo interprofesional. Por tanto, sería una forma de no tener que implantar la renta mínima, y no engordar el concepto abstracto de la deuda. Vale, no todo el mundo es un crack en todo, pero me apuesto algo a que en tu hobby eres muy bueno/a, y puede que ese talento se esté desperdiciando porque no se nos ha ocurrido como canalizarlo y premiarlo. 

No soy especialista, pero puede que aparte del big data rudimentario actual, sobre blockchain se podría potenciar este método, y si hacemos una blockchain pública de los habitantes de un país, podríamos pasar a un modelo CC2S, donde el cliente creativo aporta patrones de comportamiento directamente a la sociedad a través de las instituciones.

La clave de blockchain es que es un libro contable entre más de dos personas, oferta y demanda, por lo que si nos vamos de cañas y un amigo se pone ciego a copas, cuando flipemos con la cuenta final, no necesitaremos que el camarero nos diga quien ha sido, en cada ronda nuestros monederos virtuales sabrían qué tiene que pagar cada uno.

Si, planteo una cuestión nueva, ¿es posible aportar valor satisfaciendo necesidades a la sociedad sin que exista las empresas? Pudiera ser, pero somos seres sociales y necesitamos salir de casa y pasar el rato con otros congéneres. ¿Te imaginas que los lunes salieras de casa para hacer una barbacoa con los amigos y te pagaran por ello? 

Aquí, Alastria puede jugar un papel esencial como laboratorio, pero si se respete la primigenia idea de Alex y Andrea. Para hacerlo más atractivo a blockchenianos que viven acá y sabían a primeros de diciembre que el bitcoin iba a caer de forma salvaje. 


 go gO GO!