Gonzalo Osés

Gonzalo Osés

miércoles, 5 de febrero de 2020

Crearme el trabajo


Hace unos días una amiga me preguntó “¿qué tal va la búsqueda de trabajo?”, a lo que respondí, "como en ocasiones anteriores, el empleo me lo creo". 

Creo recordar que tan sólo he respondido una vez a un anuncio con una oferta de empleo, y fue hace un cuarto de siglo para ser repartidor de Pizza World mientras estudiaba Administración de Empresas. Por esa época, acabe escribiendo relatos en la revista La Moto, tras enseñar un prototipo de relato a mi admirado César Agüi en una visita al templo que era la redacción de Motorpress que me facilitó Juan Pedro de la Torre, ¡gracias!

Con 25 años acabando la carrera (mucha cafetería y organización de fiestas), en el Salón de la Moto de Madrid en Ifema, aproveché para darle un curriculum a cada encargado del stand. En el de una marca de ropa de moto que desconocía, me entrevistó mi futuro jefe y me dijo, “me da igual la formación que tengas, lo que me interesa si eres un buen comercial”. El día que fui a la segunda entrevista, flipe al ver que aquella marca de ropa era de la empresa que era distribuidora de motos Honda en Madrid. Empecé de chico de los recados, pero a los tres meses, acepté llevar un concesionario oficial de los dos que tenían en Madrid. Aquel curro me encantó. 

Con 29, y aprovechando la otra vez que también me rompí un hueso por otra caída en moto, me acorde que de pequeño quería tener una fábrica de motos. Ya sabía venderlas, así que tocaba aprender a diseñarlas, así que pare y estudie la ingeniera técnica diseño industrial en el IED de Madrid. Acabando la carrera, volví a Ifema a ayudar a un profe a montar su stand, y allí me encontré a una persona que se acordaba de las fiestas que montaba en la uni. Resultó ser parte de la organización de aquella feria, Casa Pasarela. Fue un placer ser parte de aquella feria y ayudar a descubrir y potenciar a jóvenes y talentosos diseñadores.

Con 36 la crisis del ladrillo se llevó por delante Casa Pasarela, así que me gané la vida creando una marca de estrategia e innovación con aquel chico que me reconoció en Casa Pasarela. De aquella época creamos el que hoy en vez de gin-tonics bebas cocteles mexicanos. 

Con 40 me tocó empezar de cero de nuevo, ya que mi hinchado ego no vio venir el bulling que me hizo mi socio, que se quedó con todo el negocio. En ese momento, escribí el libro "Abre puertas, cómo vender a empresas", para encontrarme un curro de lo que sabía hacer. Y bien que cumplió su objetivo. 

Hoy camino de los 45 y casi casi de alta laboral, agradecer a Mariajo Cano, que cuente conmigo para mi aterrizaje laboral en el próximo coworking EOI en Cuenca. Por cierto, nos falta una persona emprendedora para dar el pistoletazo de salida a la formación. ¿conoces a algún conquense que quiera aprender a emprender? Si es así que envíe un mail a cwcuenca@eoi.es y contará con la ayuda de un plantel de mentores curtidos en ventas y desarrollos de negocio. 

Tras la prueba vital del 19 de septiembre de 2019, tengo que retocar la puesta a punto del curro que cree, para el día que vuelva a conducir una moto estar en plenitud pensando sólo en eso, sin más preocupaciones que surfear la próxima curva. Aparte del libro que escribo ahora, toca convertir en clientes las innovaciones de hace un mes de la startup de comida, y otras cosillas que no hay que contar porque si no, no se realizan, es lo divertido de innovar, estar de pie para ver si has superado el reto inicial. 

PD: Jajajajajaja. Me ha salido una carta de presentación. Tengo la curiosidad, si se da la posibilidad, de ampliar este texto dentro de 30 años con las anécdotas laborales, camino de crear una nueva con tres cuartos de siglo en mi haber y unos cuantos lustros más por jugar a vivir. 

¡Vamos a ello!

2 comentarios:

  1. ¡Gran labor de síntesis e incluso interesante (y sin erratas)! Auguro un gran próximo libro 😁

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  2. Querido Gonzalo, recuerdo tus relatos en La Moto en aquellos viejos y buenos tiempos con nuestro añorado César. Me fascina tu capacidad de reinvención, es algo que admiro doblemente: por tu resolución, y porque yo me veo incapaz de lograrlo, precisamente ahora que es más necesario que nunca para los duros tiempos que corren en mi profesión. Tengo mucha curiosidad por leer tu nuevo libro. Estoy seguro que resultará revelador e instructivo. Un fuerte abrazo

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