Gonzalo Osés

Gonzalo Osés

martes, 24 de abril de 2018

Deja de buscar


Para, desconecta de los medios de incomunicación, de las redes sociales, de la educación que como sociedad y sistema creamos a diario. Para, bájate, asume tu cuota de responsabilidad con tu vida, y toma una decisión por ti mismo/a. Quítate la ilusión de la felicidad, de la zanahoria, del hacer esto para conseguir aquello, de pensar en lo bueno que será cuando obtengas aquello que te has metido en vena.

Ni tenemos pareja, ni tenemos amigos, ni tenemos familia, ni tenemos padres, ni tenemos trabajo, porque no es tener, si no, es ser conscientes, y plenamente sabios y enteros que eres la mejor versión de ti mismo/a.

Estamos siempre en constante búsqueda, de algo que no es real, por tanto, ni la encontramos, ni nos llena el objeto o experiencia que hemos comprado para sustituir esa parte de consciencia en plenitud de tu ser.

Cada día me llegan amigos y personas con unos niveles de ansiedad brutales, con la duda de qué harán cuando se les acabe el paro, o cuando les echen de sus anodinos trabajos, que bien los pueden hacer un algoritmo.

Por experiencia, todos tenemos un talento dormido, un hobby que nos sale solo, que no lo hemos adquirido sumisos tras una mesa, y delante de una pizarra, y por eso, ha carecido de valor, pero es momento de fluir, de parar, de dejar de fingir, de ser, para obtener lo que deseas. Porque de eso, si podrás entrenar algoritmos la próxima década. 

Si, por raro que parezca, hasta que no paras, hasta que no dejas de buscar, no fluyes, y no encuentras tu valor potencial, aquel, que, para colmo, todo tu entorno, estaba esperando que floreciera para premiarlo.

Mucho de lo que escribo en este post hace medio año, no me lo hubiera creído ni harto de vino. Pero hoy te puedo, que si, que es verdad. Mi catarsis fue hace un par de meses, tras no ver claro la propuesta para montar un think tank sobre el futuro. De hecho, reventé un entorno de la corte madrileña que llevaba un año, intentando parecerme a ellos, pero en el último momento no flui, y me metí en la nevera de las redes sociales, me quité las apps de redes sociales del móvil, y me centré en dar lo mejor de mí, en mis clases y mentorias del coworking de la eoi en Cuenca. Un millón de gracias María José Cano por la oportunidad. 

Allá descubrí unos y unas emprendedores y empresarias que me obligaron a dejar de esconderme y sacar lo mejor de mí para aportar valor de verdad. Aprendí a hacerme responsable de mis palabras, de mis intuiciones, de mis análisis, de mis ocurrencias. Se acabó, limitar mi voz, por miedo a lo que los demás vayan a pensar de mí. Hasta aquí, llegó las décadas de dudas tras tomar una decisión. Tan sólo, rompieron la presa que me atenazaba, porque su humana honestidad había que compensarla a manos llenas.

Vivo en Madrid, y trabajo sobre todo, fuera de ella, porque como dices Muriel Van Riet  de Indigo “Madrid siempre quiere más”, si podremos ser motor de muchas cosas, pero en las grandes ciudades, perdemos demasiado tiempo en adivinar el precio justo de una aceleradora, de una startup, de una inversión. Como tan bien explica Beatriz Zarzo.

Allá fuera, a una hora de Ave o menos, ya sea Cuenca, Guadalajara, Toledo o Torrijos a donde se encaminan mis pasos, donde recibo a diario lecciones de vida, de actitud, de entrega. Sin dobleces, sin guardarse la ropa para echarse al nacimiento del rio de Cuervo, o al de los otros tres colindantes por Vega del Codorno, como hace José Carlos, sintiendo su esencia, y regalándonos a quien nos adentramos en sus caminos del Elenco Club, donde te embebes de respiraciones de vida en estado puro con su sonrisa y actitud. La misma energía y sonrisa que corre por el mejor stunt español, y también conquense Emilio Zamora.

Hoy te puedo decir, que he aprendido la lección que el medio centenar de personas que me han enseñado al mentorizarles, en los diversos coworkings de la EOI en la Junta de Comunidades, ayuntamientos y diputaciones, hay que dejar de buscar eso que nos creemos en las tera ciudades, hay que dejar de ser hámster dando vueltas a la rueda, para aportar de verdad, para que la inspiración te llegue y potencies la creatividad.

Al igual, que intento aprender a diario como ser más empático de mis clientes, de cómo ser sincero sin dañar a las personas, sobre todo, cuando me equivoco y ponen en evidencia mi error, lo bueno es que aprendo rápido. Porque su tiempo, economía y su sobre todo su plenitud como personas está en juego.

A todas esas personas, gracias por ser como son. Por sus enseñanzas vitales, por enseñarme que la vida no es una carrera para tener algo que no existe, si no, una experiencia plena, sin complejos, sin dudas, donde nos demos el lujo de disfrutar de lo que hacemos, porque lo que somos lo debemos amar plenamente, sin dejarnos asustar por una educación que en su momento asumimos y nos llevó a una sinrazón y sin emoción.

PD: foto del cuadro "incertidumbre" de la artista Luisa Ginestá (técnica mixta), autor foto Gonzalo Osés

¡Gracias! 

viernes, 13 de abril de 2018

Reemprender: tiempo sin espacio




Últimamente me he encontrado con diferentes casos de personas en los coworkings de la EOI donde mentorizo, que, a la hora de reemprender la marcha laboral, tras unos años en paro, deciden montar un negocio tradicional, de toda la vida, haciendo caso a los que vamos evangelizando diciendo aquello de trabaja en lo que te apasione que les vas a echar muchas horas.

Da igual que sea una papelería o una tienda gourmet, el caso, es que de primeras y con toda su buena intención, se centran en el espacio físico, en el local, en cómo lo van a decorar, qué productos bonitos deberán acariciar sus paredes… Como si el espacio en sí mismo fuera la piedra filosofal sobre la que montar su negocio, cual EL Dorado que atrajera a los clientes deseosos de dejarse el sueldo en las cosas que ese lugar mágico contenga.

¿Cuándo les cuestiono cómo van a traer clientes? Te responden casi al unísono, que programando actividades como talleres y charlas que los den otros profesionales, cual flautistas de Amelin.

Su forma de proceder es muy loable, debido a la educación que hemos creado, porque desde pequeñitos vimos que era en locales donde se desarrollaba cualquier negocio. Para más inri, en la supuesta salida de la crisis, lo primero que se ha puesto en marcha de nuevo es la industrial del ladrillo… ¡ni que fuéramos apasionados del queso Gruyere!

La realidad, de que los embudos de conversión de ventas y clientes satisfechos que pagan, repiten y recomiendan, es que, tener un local físico para solventar una necesidad no es ya imprescindible, e incluso, se vuelve una carga difícil de amortizar, previa ampliación de la hipoteca, por mucho interés actual a valor cero. 

Lo que realmente queremos en una gran mayoría, es tener una experiencia satisfactoria, que nos resuelvan nuestro problema, y sin en vez de tener que ir a la tienda me lo mandan a casa, o se realiza la compra a través de una demostración experencial que nos saque de la rutina, pues mejor. De hecho, ¿Cuántas Termomix se venden en locales?


En definitiva, el espacio ya no asegura una venta, si no, que es el tiempo que nos dedican de forma que creemos personalizada, o en grupos reducidos, por lo que pagamos. También lo era antes, pero ahora nos estamos librando de ese costumbrismo. Por ello, a mis mentees, les invito a que validen la posibilidad de que se pongan en valor y sean ellos los profesionales que impartan esos talleres o catas introductorias, porque están desarrollando su pasión, y al ser su hobby saben un montón, mucho más que la media. Ya se sabe, que no hay mejor asesor que alguien que ama por igual todas las soluciones que puede crear para que florezca una sonrisa en tu ser.

lunes, 2 de abril de 2018

Reemprender
















Reemprender la marcha no es fácil, más aún si es la vida laboral de cada persona lo que está entre manos, y no te quiero decir nada, si lo haces pasados los 45 años, es una tarea titánica que si sigues leyendo verás cómo las mujeres son capaces de reinventarse adentrándose en terrenos desconocidos, a diferencia del hombre que no se atreve a pivotar. 

El martes 20 de marzo, a estas horas, estaba la ciudad de los rascacielos medievales, velando sonrisas para el demoday de la segunda edición del coworking de la EOI (Escuela de Organización Industrial), y la Junta de Comunidades en Cuenca, y tan solo en calidad de profe, de admirador de un grupo de emprendedores, que me habían conquistado el alma, por su humildad, honestidad, humanidad y con sus dosis de humor, y mira que he conocido grupos de coworkers, pero en este no hay decimoquinto malo, se nota el buen ojo y la gestión de María José Cano en el tentadero hace unos meses, a la par que se agradece la gran disposición de las personas de la CEOE de Cuenca para que cada clase o mentoria fuera sobre raíles.

Al día siguiente tenía el lujo de desayunar con las magdalenas esponjosas de Artesanas Cuenca, liderado por África Aparicio, experimentando la degustación de las magdalenas en seco, a las que no hace falta darse un chapuzón en leche para ser esbeltas. Quizá la clave de su éxito, radique aparte de los materiales de primera, en venir de otro sector laboral y realizar una consultoría para fabricar las mejor bollería artesanal castellana, a la par que sacar lo mejor de sí misma.


Te cuento, hace cuatro años, tras 29 trabajando de administrativa, la despidieron y durante un año no encontró trabajo de ningún tipo, ni a cualquier precio, con 48 años, divorciada, una hipoteca y dos hijos estudiando, no la quedo otra que reinventarse. Fue una idea de su hermana, hacer la bollería natural que comían de pequeñas en casa de su madre… Dicho, y hasta el hecho, hubo muchas pruebas de su madre y su tía para dar con la clave de algo que hacía décadas que no hacían, y tan solo de forma casera… Para más inri, África jamás había abierto un horno industrial. Hoy cuatros después, tiene un negocio que paga cuatro nóminas y tiene 30 puntos de venta en Cuenca donde sus manjares vuelan. Al coworking vinieron para ver cómo construir más sonrisas fuera de la comarca de la felicidad, puede que estas magdalenas tengan gran parte de culpa de esa esencia.




Más tarde, cual catador de #Nosolopapas aprendí a dos carrillos comiendo en Tomates Verdes Fritos (que bien podría destacar en el barrio más cool de Madrid), de las hermanas de AZBags design, Pilar y Rocío, donde un deceso familiar, las hizo replantease la vida, la primera divorciándose y la segunda dándose cuenta que de lo que curraba no la llenaba. Las encantaban los bolsos, y Pilar que no había cosido en su vida, se lanzó a ello. Al igual, que África se puso el mundo por montera, y tras tener su tienda conquense y clientas en Madrid ahora se abren al mundo ofreciendo el bolso en el que caben todas las experiencias que puedas acumular en un día.




El café fue con Sandra, una fisioterapeuta que vuela alto camino del infinito y más allá con su residencia para ictus, paliativos y cuarta edad.

Al día siguiente iba a aportar mi testimonio sobre emprendimiento, en un taller de innovación social para mujeres desempleadas de más de 45 años, que organizaba impartía Esmeralda Giraldo de Fundación Cideal en Puente de Vallecas, en el Valle del kas, mi barrio de nacimiento, así que, en vez de soltar mis reducidos conocimientos, le pedí a África y a Pilar que me dijeran las frases que las llevaron a cambiar,
-       África Aparicio “nadie mejora su destino si no cambia su camino”; y
-       Pilar “a cierta edad ya no hay que fingir, de aparentar la persona que no eres, se tú misma, y conecta tu vida con tu corazón, con tus emociones”.

Aparte Pilar, hizo un interesante inciso, (germen de este post), las mujeres al haber realizado muchas labores en su casa a lo largo de su vida, aceptan más fácilmente reemprender su vida en un sector que nunca han trabajado, pero que tienen cierta conexión. Aquí, la doy la razón, a los hombres nos cuesta mucho más reinventarnos de nuevo en algo que no hemos tocado. Y lo corroboro, de todos los emprendedores de más de 45 años que conozco, diría que ninguno se ha lanzado a algo que no tuviera nada que ver con su anterior trabajo. De hecho, creo que hay un programa de reinserción laboral específico para hombres que se llama “hombre tenías que ser”.

Esa mañana descubría de nuevo a personas como Erika Manghiert con una actitud digna de enmarcar, cambiando su vida para ayudar a los demás, o a Isabel con una frase que me encantó al hablar de pacto de socios y los bienes como dice ella, separados…


El jueves mientras comía en el restaurante Tobogán en el pabellón del reposo donde Camilo José Cela de la Universidad que lleva su nombre en el campus de Villafranca, donde te dan la bienvenida estas palabras “jamás nos acostumbramos a entender como habitual y cierto lo extraordinario y raro… hago votos porque estas aulas formen a sus alumnos en el mejor servicio del bien y hagan cierta la idea de Lope de Vega cuando llamó a la Universidad la naturaleza del alma”. Teníamos la mentoria  del la aceleradora de edu acción SEKlab con la emprendedora María Eugenia de Mentelista, la cual, dejo una multinacional para conseguir que otra generación de españoles no fueran analfabetos lingüísticos. La primera parte de la mentoria la hice con el financiero de momentos vitales David Moreno, donde al hacer las mentorias con él, aprendo un montón de como construir relaciones. La segunda parte de la mentoria transcurrió durante el café mientras David daba clase, María Eugenia se permitió el lujo de parar y regalarse dos horas para sí misma, dándose cuenta que momentos como ese construyen una vida plena. Currar, siempre hay que currar, pero no hace falta que estés en horario de oficina, cuando estás cambiando la educación.

El viernes tenía mentoría con Raquel Ramos del coworking de la EOI y del Ayuntamiento de Guadalajara, donde me ha permitido aplicar la metodolgia Lean Startup paso a paso, respondiendo con creces a cada reto semanal, y aprendiendo una metodología esta metodología para tomar decisiones validadas. Como fue deshacerse de la utópica idea de hipotecarse con una papelería a darle rienda a su pasión el scrap, al reinventarse como profesora de ese noble género, al encontrar una clave en sus validaciones que le genera un nuevo nicho de mercado gigante y que es secreto de mentorización.

Para más inri, comía con Rosa Garcia, excoworker de la tercera edición del coworking de Guadalajara, y me dejaba alucinado con las 8.000 visitas que había recibido su web Ayudadiabetes en pocos meses. Otro caso, de reinvención al aterrizar en el mundo de la diabetes.

Puede que tan sólo sea un testeo limitado, pero me da que hay una tendencia, de la que se debería aprender, para recuperar a un sector de la población que se queda está quedando varado tras haber liderado su ecosistema. Por otra parte, para los que se enroquen con su ego masculino, decir que, en mi anterior curro del año pasado, a mí me sustituyo una mujer, posiblemente por tener mucha más mano izquierda que yo. 

Es decir, el mercado laboral se enfrenta a dos agujeros negros que absorben la energía de las personas, por un lado, los desempleados de más de 45 años que se han convertido en un tercio del mismo, pero que puede que se reduzca en breve al sector masculino. Lo cual, me da para seguir buscando y ver qué se está haciendo con los NINIS que ni les da la gana estudiar, ni por supuesto pasan de ponerse a intercambiar conocimiento por dinero. Ese es un camino que tengo curiosidad por explorar. 

Como esos arboles del campus de Villfranca demuestran, por mucho que les hayan cortado  todas sus ramas, éstas vuelven a brotar y en la primavera entrante volverán a generar sombra en la que reencontrarse en el estio. Espero que nos empezamos a acostumbrarnos a entender como habitual y cierto lo extraordinario, que en este post he intentado relatar, por mi profunda admiración a estas mujeres y su capacidad de superación y seguir creando bienestar a su vera.

go gO GO!