La pérdida de un ser querido

A finales del año pasado me propuse bloguear libros valientes, a la par que por primera vez en mi vida tuve que asumir que un familiar muy cercano estuvo a punto de morir. 

Pasados los días del susto, el libro “La pérdida de un ser querido” del psicólogo Vicente Prieto me encontró sobre otros libros que ojeaba en una librería. Ni por tema ni por orden alfabético era su lugar, alguien lo debió dejar ahí para que me encontrara. Pero te reconozco que no lo leí hasta ahora. 

Por primera vez, leo un libro que no habla de lo que pasará tras lo muerte, si no, de cómo aprender a asumirla. Porque de momento, morir nos vamos a morir. Puede que en unas décadas venzamos a la enfermedad del envejecimiento, y lleguemos a ser inmortales, para ello hay genios como  Aubrey de Grey investigando, pero de momento. El capítulo de la vida actual es finito. 

De todos las situaciones que describe en las que se debe aprender a gestionar la muerte, hay que reconocer que la forma en que ayudó a Luis y a Ana a desperdirse es enriquecedora, elevando la frase de clásica se Antonio Machado en una Acción poética, “caminante no hay camino, se hace camino al AMAR” que nos da la clave de la vida para afrontar la muerte.

En las páginas 154 y 155 hay un memorándum vital y educativo  que habría que enmarcar que empieza con un “y si a los niños les enseñarán a comprender sus emociones en vez de a demostrarlas...”. Considerar la muerte un tabú es parte de los sumisos que hemos aceptado vivir en esta época en Europa. 

A riesgo que mi amigo Luis me tache de girar cada lectura a la autoayuda, creo que las herramientas que aporta Vicente para afrontar con la muerte tanto propia como de un ser querido, ya sea en la circunstancia que sea, son muy válidas para aprender a dejar marchar y reemprender el camino vital, como es cambiar de pareja, de trabajo, y sobre todo de actitud ante la vida. 

Dejar de considerar la muerte como un tabú es parte de nuestro crecimiento y conocimiento de nosotros mismos, como seres de luz y de amor. Recuerda que llegamos y nos vamos sin nada material, entonces, ¿por qué nos valoramos en función de lo que tenemos (trabajo, familia, amigos, salud, amor), en vez de lo que somos.