Gonzalo Osés

Gonzalo Osés

jueves, 28 de septiembre de 2017

Tabili


Taaaaabiiiiiliiii, este es el grito que va a resonar a tu cabeza tras comprobar como tu sonrisa se extiende a lo largo de tu ser.

Que levante el móvil, aquel que nunca se la ha roto la pantalla, se le ha muerto la batería, no le arranca o se le ha mojado…

Cuando te pasa alguna de estas circunstancias, puedes ir al servicio oficial, o a una tienda de tu barrio, donde si hay que cambiar la batería, te dicen que se quedan el móvil unas cuantas horas, hasta doce… pero lo sangrante es cuando te dicen que tienen que comprobarlo y que le dejes tu clave de acceso a tus datos!!!. En mi caso, que trabajo con el móvil y tiene miles de contactos de valor, no me la puedo jugar a que un desconocido le dé por utilizar esos contactos.

Así que, en plena vuelta al cole, al quedar con Mónica Galeano, y ver ella la pantalla de mi móvil rota, me dio un flyer de unos tal Tabili y me dijo “llámales, te reparan el móvil en media hora, delante de ti y donde tú digas”.


¡Pues es cierto! Desde la web de Tabili eliges marca, modelo, color pantalla, problema, hora y lugar para llevar a cabo el trasplante de órganos. En mi caso, elegí un viernes a las 5 de la tarde en mi casa. Para asegurarse, te llaman un día antes para confirmar la cita.

A la hora señalada se presentó Aron, un empático técnico que me invito, no sólo a mirar como con precisión milimétrica iba quitando tornillos de mi apreciada extensión de comunicación, si no a preguntarle lo que me pareciera… Me tendrías que haber visto, parecía Indiana Jones JR viendo como abren el arca perdida…

En 40 minutos tenía cambiada la batería, la pantalla y comprobado que todo funcionaba correctamente, por un precio de 104 € al poder aplicar el descuento que del tarjetón que me dio Mónica, y con un año de garantía.

Como buena startup de menos de 5 meses, tan sólo peca en un paso de la web, que, si eres disléxico como el menda, pues al cabo de cuatro intentos al equivocarte del modelo o el color de la pantalla, no te deja seguir. Pero, no desesperes que te llaman si has llegado a dejar los datos. La cosa, creo que se arregla (la web, mi dislexia es fuente de creatividad), con meterle unas horas de programación bien estructuradas. Ahora que les han alojado en el reciente campus de Demium Startups en Madrid.


Lo dicho, un excelente servicio a domicilio, bueno, bonito y barato. De momento, en Madrid, pero lo normal es que se viralicen por la península. 

PD: sí, la pantalla es blanca y el botón negro, cosas de mi dislexia, que me permite tener la sensación de móvil nuevo, al ser el primer blanco, y personalizado 😉

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