Felicito a
IFEMA por organizar la semana pasada el Digital Enterprise Show (#DES2016), y
atreverse a hacerlo en el pabellón 8, los que hemos promovido ferias ahí,
sabemos los muchos metros cuadrados que tiene. Así que chapau, un claro
indicativos de que el recinto ferial vuelve a convocar a la innovación.
La feria se
distribuía en tres partes, al fondo, presidía un exclusivo congreso, vetado por
su exagerado precio de la entrada. Al que seguían, la zona de expositores donde
podías ver a la mayoría de marcas líderes tecnológicas tradicionales, léase
Microsoft, IBM, Fujitsu, Everis, Salesforce, y las consultoras sombra de éstas
como Accenture o Deloitte. A las que se sumaba una de las nuevas… Linkedin. En
los pasillos laterales era muy interesante explorar entre las incubadoras
oficiales de Libano, Israel o startups que se lanzaban al ruedo. Sobre ambos,
orbitaban varios foros cual satélites.
Como no
podría ser de otra forma, el mantra de fondo era la tan manida
#TransformaciónDigital, que se salía a colación en cada foro, y en sí misma
flotaba en el ambiente. Es decir, los conferenciantes en los foros satélites
fueron referentes nacionales en marca personal digital, internet de las cosas,
marketing digital, big data, networking, y knowmadismo. Porque todas esas
personas ya son nómadas del conocimiento, es decir, consultores externos,
freelances y autónomos, catalizadores del conocimiento que atesora cada
empresa. Frente a ellos, estaban los comerciales de las marcas tradicionales, uniformadas
incluso con chaqueta todos y muchos con corbata, y la mayoría hombres, en
stands más de representatividad que de negocio, IBM triunfó con su futbolín.
Como era una
feria de empresas digitales, aposté por ir con el dress code del Valle, entre
la camiseta y la camisa con vaqueros y zapas, fui con polo, jersey, chinos y
zapatos… Para mi asombro fui una isla en un mar de chaquetas. Más aun, algunos
conferenciantes al verme así, no tomaron muy en serio alguna de mis preguntas…
Bien es cierto, que estaban a evangelizar más que a hablar de estrategia a una
década del sector.
En
definitiva, se nos llena la boca hablando de lo digital, de la transformación,
de la escalabilidad de las aplicaciones, de las redes sociales, de internet de
las cosas, fintech, coches auto conducido, wearables, realidad aumentada, pero
es lluvia fina, que cala, muy poco a poco. Dentro de un lustro, me apuesto a
que los comerciales de esas marcas tradicionales, vendrán con vaqueros y polo,
y quien quiera con chaqueta y corbata. Toda transformación es más un cambio de
concepto vital y el dresscode del mundo de los negocios va a dar un giro muy
liberalizador, eso sí obligará a dejar de rumiar en lo estético y en lo vital,
para escuchar de fondo del silencio de los lobos.
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