Hace un par de semanas, me sorprendía que los foros del Digital
Enterprise Show más que centrarse en debatir cómo puede ser el entorno laboral que
nos ocupa, se orientaba a evangelizar a los oyentes, cogiendo un discurso
creado desde El Valle al otro lado del charco y repartiendo tazas de la sopa de
letras que toca ahora. Tengo el gusto de ir desvirtualizando a much@s de l@s
ponentes de esas charlas, y reconozco que se me quedó un sabor agridulce.
La semana pasada, asistía a la III conferencia española de Wearables e
internet de las cosas, organizada por Pedro Diezma de Zerintia y ICEMD (ESIC),
y la sensación fue más desgarradora si cabe. El plantel de ponentes era de
primera división, ahí estaban los responsables de innovación de Intel, LG,
Microsoft sport, ehealth de Telefónica, CIBBVA, a la par que evangelistas, como
Javier Sirvent, Emilio Avilés Ávila o Juan Barambones. Pues tendrías que haber
escuchado las risas del público cuándo Javier planteó que por la tarde iba a
enseñar el acelerador de concentración y de aprendizaje… Y eso que el público
eran personas sensibilizadas profesionalmente con los wearables…
Queda mucho por hacer, más aun cuando la industria tradicional cree que
por poner un captador de datos a un artículo, ya tiene un producto inteligente.
Espero que se den prisa, porque cuando se normalicen los chips en alcamonías
para captar y gestionar nuestros datos de comportamiento, muchas de las cosas
ponibles, volverán a su función inicial.
Volviendo al tema de la transferencia tecnológica, la semana pasada
aprendí también mucho de hasta donde quiera escuchar las personas. Dado que
estoy hablando con inversores para un proyecto en el que crear un ecosistema de
pagos reales a las personas por sus pasiones. Lo cual, me ha llevado desde el
captador de inversiones de no tienes métricas ni tracción al de me voy la
semana que viene a USA pero a mi vuelta hablamos… La clave, escuchar las
recomendaciones del primero y pivotar el mensaje para enfocar al segundo.
El problema no lo tiene el receptor, que bastante hace con ser lo más
empático posible, sino el emisor, que debe saber medir la cantidad de información
ya traducida que el segundo puede asumir. Lo cual demostramos con los alumnos
de master del instituto Europe di Design, la semana pasada en una clase real de “Cómo
conseguir una reunión con tu futuro jefe en una hora” donde más de un alumno consiguió
que tener un feedback de su futuro jefe… Si tu propuesta es pertinente, las
puertas se abren.
Cuando hay momentos de bajón me acuerdo de las enormes sonrisas de Guy
Kawasaki, José Cordeiro o del propio Javier. Personas que ya han visto parte
del futuro y por ello se dedican a evangelizarlo con mucha mucha paciencia y
con cierta dosis de humor.
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