Gonzalo Osés

Gonzalo Osés

martes, 3 de septiembre de 2019

¿Huir para vivir?


“Ojos que no ven, corazón que no siente”, “el tiempo (y la distancia) todo lo cura”, son frases muy socorridas, cuando la circunstancia en la que estés se tuerce, sobre todo en la emocional. Al final, cuando las herramientas que has aprendido para gestionar situaciones de crisis naufragan, se suele poner tierra de por medio, para mirar para otro lado y seguir andando tu camino. Desfocalizar, y ser consciente que hay más versiones de ti por desarrollar. 

Lo cual, no deja de ser un mero espejismo, un trampantojo, porque al cabo de un lustro o de una década, algo dentro de ti se reactiva, volviendo a reproducir un patrón de comportamiento que te lleva de nuevo tropezar en esa piedra, a la que tanto "cariño" y odio has cogido. 

Si cabe, del fracaso, más que aprender de la estadística del prueba y error, se aprende cuando se entiende el origen de la causa, el por qué y el para qué. Para ello, es clave ser capaces de analizar la información buena, sin amaños. 

Ya es aceptado que la inteligencia emocional está a la par de la racional. Ahora planteo, la necesidad de cerrar el triángulo con la inteligencia energética. Esa que justifica la electricidad que da vida a las otras dos, a la par que sigue existiendo más allá de esta vida. E incluso, te conecta a otras seres o situaciones sin saber ni racionalmente ni emocionalmente por qué.

En mi caso, me cansé de huir, en el fondo, de mí mismo. Lo bueno de perderse es reencontrarse, aunque sea para afrontar los patrones de comportamiento duros de uno mismo. 

Ahora, analizo mi información desde las tres inteligencias, empiezo a parar, a filtrar la información del exterior, a escucharme, con el fin de comprender, para qué reproduzco un patrón que me lleva a mi bloqueo existencial, que me lleva a querer agradar a los demás, sin saber ser asertivo, lo cual, me lleva a hacer daño a personas que estimo. Me da que, toca aprender a transmutar este comportamiento para aportar mi aprendizaje en forma de conocimiento. 

Y seguir mi camino...

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