Gonzalo Osés

Gonzalo Osés

martes, 26 de febrero de 2019

Turismo industrial




Fíjate en el almendro en flor que comanda este texto, enorme, cincuentón, esperando a la orilla del camino para darte su sombra y para iluminar con su belleza tu ser. Si vas a velocidad 5G no lo verás, si no levantas la vista del móvil, menos aún, y si no sales de la ciudad no lo podrás admirar como merece su porte, su talento y sobre todo su talante. 

Hay días en los que un viaje de negocios por la España profunda se convierte en una ruta de turismo industrial, gracias a las destornillantes anécdotas de Fermín desarrollando negocio durante tres décadas y la divertida conducción de Fabián por serpenteantes carreteras, que invitan a parar a admirar saltos de agua, descubrir tesoros gastronómicos, aprendiendo a prevenir la lluvia al observar el humo de las chimeneas y sobre todo a entender por qué otras personas son felices donde aparentemente no hay casi nada. 

A veces, la felicidad está en el destino y en el camino, y hoy ha sido así. Mañana y los próximos días, volveré a salir a la carretera, de nuevo a dejar que me encuentre el talento con talante. 

Ráfagas maestros, va por ustedes. 

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