Gonzalo Osés

Gonzalo Osés

jueves, 27 de diciembre de 2018

Educacción sin dirección





A diferencia de José Antonio Marina, el libro "¡Educación!" de Sonia Díez, no me hubiera gustado escribirlo. Cierto es, que tenía curiosidad de leer la opinión de una persona directora de un colegio sobre la deriva actual de la educación, pero será por la expectativa creada con vallas publicitarias en mitad de la autopista de Málaga, o por su absoluto desconocimiento de lo que es emprender, que me hace dudar de todo lo demás. 

Es una pena la oportunidad perdida, para plantear las soluciones que a lo largo de su vida la han llevado al éxito, por el contrario, recurre a la ya manoseada metodología de poner al usuario (el niño) en el centro de atención, pero sin tener en cuenta su opinión. Otra vez, hablando de design thinking, pero sin bajar un solo ejemplo, y hacer referencia a IDEO y no a la Designpedia es parecer explorar poco. Incluso pidiendo que se enseñe creatividad a los niños, pero si es en el colegio donde los niños pierden su creatividad. Una cosa, es lo que aplicamos a los desempleados de cuarenta años para recuperar a su niño, y otra, enseñar al agua a ser agua. 

De nuevo, nos encontramos ante un decálogo de lo que dice Key Robinson, y a tropecientos foráneos más, enuncian en charlas magistrales que no van a ningún lado, planteando un debate, pero sin oponentes, no hay ni una sola cita a algún docente español, ni María Acaso, ni César Bona, ni la cantidad de nuevos colegios o madres de día que están aflorando. Cero patatero. Yo me lo guiso, yo me lo como. Todo muy de directivo.

Aparte, a riesgo que Roger se mosquee, creo que no están bien distribuido los capítulos, una pena, que no empiece por el último párrafo, o que los “¿por qué no?” de la página 161, no fueran los nombre de cada capítulo. En vez de eso, nada más empezar, te encuentras con el agujero negro del emprendimiento, el cual aparenta desconocer. Por lo que te ruego que te saltes el capítulo 3. Porque por mucha hija de, que haya reinventado su colegio, sabrá de directiva o de intraemprendimiento, pero no de irrumpir en su sector. Al hablar de emprender como si fuera un milagro. Cuando lo que hacemos la mayoría es perder pasta y amistades. Y tras conseguir recuperarnos algo, nos volvemos a lanzar al ruedo, creyendo ver una beta. 

Así mismo, me sorprende que no haga ninguna referencia a que la séptima competencia de la LOMCE sobre de emprendimiento y desarrollo personal. Pero lo sangrante, es que se olvide del SEK, y del SEKLab Junior donde, las adolescentes de ahora, ya son capaces de crear la app No More, o de la cuarta edición que lleva la aceleradora de edutech SEK Lab, donde si se deja experimentar a los emprendedores nuevas soluciones. 

Me quedo con su mapeo del triángulo de las Bermudas, entre los desbordados padres, profesores y administraciones, a los que nadie les ha obligado a serlo, y en cambio hacen sucumbir, los dones que trae cada persona recién nacida a esta vida. 

Resulta curioso, que se cuestione la educación actual, pero no la que ha llevado al millón de cincuentañeros al paro de larga duración. Y a otros muchos a trabajar de dependientes en horarios que distan mucho de la libertad que cita en la primeras hojas y en sitios tan guays y marketinianos como es Campus Google en Madrid.

Así mismo, agredezco dos definiciones sobre el origen de la palabra educación y lo que es un profesor, las cuales, me ayudan a afianzar lo que haré el próximo año. E irán en dirección contraria de la entradilla que hace Ángel Gabilondo, y sobre todo de sus palabras de la contraportada, Ángel ¿en serio crees que es innovador la tesis que plantea Sonia? Habla mucho de acción, pero poco de dirección, pareciendo al final el libro “¡Educacción!” un pollo sin cabeza, ¿Cómo la sociedad española?

Sonia, hoy más que nunca, hay que recuperar el Wakana, y acercarte lo más posible a tu SER, y recordar, en qué momento, la mayoría de los padres, directivos, profesores, filósofos y ministros españoles decidieron sus decisiones a otros y se convirtieron en ofertantes de sol y playa, de 10 a 2 y de 5 a 8, sin premios nobeles de por medio ¿En la escuela? 

PD: estimados aguantadores, para mí tampoco que es de buen gusto levantar la alfombra de un libro que prometía más de lo que ofrece. Así que para el año que viene, publicaré libros que han hecho pensar a personas que me hacen pensar a mí. 

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