Hay que esperar
124 páginas para que alguna de las autoras se sincere con el lector, al afirmar
lo siguiente: “Y si hablamos de
feedforward, de feedback para el avance, para el futuro; si hablamos de cambio,
de crecimiento personal y profesional, a fin de cuentas estamos hablando de
coaching.” El problema radica en que un centenar de páginas antes hay este
titular “¿Y esto del feedback qué es?” Donde no hay ni rastro de esa
afirmación, por qué esperar un centenar de hojas, ¿son de relleno?
Es decir, se da
una contradicción entre lo que dicen que hay que hacer y lo que luego hacen, al
afirmar constantemente que hay que dar feedback sobre hechos constados, no
sobre opiniones.
El libro "Smart Feedback" va perdiendo
su inocencia al pasar las páginas y ver qué es otro almanaque más de
herramientas de otros con el objetivo de ser tu plan de desarrollo personal.
Sólo parece que hay una metodología propia, o por lo menos no citan a otros que
es “los 6 pasos del feedback”, lo cual, se hubiera agradecido más ensalzarla
que esconderlo entre tanto gurú, al ser muy interesante. De la misma manera,
que no se entiende, por qué hay tanta cita de personas más o menos conocidas
dando su opinión de qué es feedback, al principio y al final, y no curiosamente
dando su feedback sobre el libro. ¿Otro gran ejemplo de aportación por
acumulación?
Hay cierto
buenismo sistémico en creer que feedback es sólo coaching. Dar feedback también
es parte del mentoring, y éste no es coaching, si no, acompañar a las personas,
y en una sesión dar un feedback no a través de preguntas, si no contando el
resultado de una experiencia real, incluso de actos que no ha realizado tu
mentee, pero que ves que se la va a dar, al replicar tus pasos. Y si, fracasar
es algo ya para algunos casi rutinario, aunque no aprendamos, y acumulemos anécdotas para volver a ser ponentes de FuckUp Nights Madrid. Porque no podemos
esperar a ver cómo se siente una persona emprendedora que capitaliza su paro de
20 años y preguntarle ¿cómo te sientes? ¿Qué has aprendido? Tras arruinarse.
Vamos a lo que te
interesa, ¿me lo volvería a comprar? Esperaría a una segunda edición más
depurada, (seguro que LID tiene capacidad para vender los 2.000 primeros
ejemplares), centrando el tiro, y no quererle dispararle a todo, quizás un
cambio de portada en plan “feedback para coachers” o quitar ese marcado
coachismo, o enseñar las herramientas sin querer ser un plan de desarrollo personal y caer en el limbo de los libros de autoayuda. También, nos podemos encontrar que ese era el objetivo de la
editorial, un texto sistémico que sirva para un roto y un descosido. En ese
caso, chapo, porque hay tan acumulación de herramientas de otros que sí te centras en profundizar sobre el feedback y no en autocoachearte, hay aportaciones muy valiosas, tanto ajenas como propias.
Lo que no vuelve
a cuadrar, es la recomendación de que te haga los test una persona certificada
por alguna de las herramientas… de nuevo, aparece lo que ha destrozado a la
profesión del coaching, las supuestas asociaciones (lobbies autoproclamados
herederos de la sabiduría), que certifican títulos como si fueran mantras. Un
libro son 20 € a cambio de tu tiempo y conocimiento incluso por acumulación, un
título es otro trozo de papel desde 2.000 € que no te asegura que otros te
reconozcan (pagándote) tu aprendizaje.
Puede que esta sea su verdad de lo que es feedback, y también hay que reconocer que las editoriales son empresas de ganar dinero, por tanto, toda aportación a la mejora de la comunicación humana es bien recibida. Otra cosa, es donde dije digo, digo Diego.
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