Gonzalo Osés

Gonzalo Osés

miércoles, 15 de febrero de 2017

Cuarto y mitad de trabajo


Puedes no tener hijos, pareja, hipoteca sin clausula suelo, amigos, coche, pero como no tengas trabajo, estás jodido. Porque seamos sinceros, si no consigues aportar tus conocimientos ocupando unas horas, a cambio de prestación económica, estás ko. Sí, se puede ir de mega happy power, pero al final, al no tener ni para cañas, te vas recluyendo en ti y en tus miedos, desapareciendo de tu entorno social, a la par que te abandonas en brazos de tus miedos más arcaicos. Cavándote tu propio agujero negro por el que se pierden los hay que y florecen los es que.

Vivimos en un país muy innovador, tanto que lidera la tasa de desempleo, estamos avanzando a la Unión Europea lo que viene, muchas horas calentando sillas y aporreando teclados con una bajísima productividad. A la par que somos una referencia en automatización de procesos industriales.

Y ya no son las flipadas que escriba aquí, Elon Musk (Paypal, Tesla…), el nuevo Steve Jobs plantaba hace unos días que en un par de décadas sobraran mucha gente y que para no quedarnos desfasados deberemos digitalizar nuestros cerebros, como plantea la corriente transhumanista y la singularidad.
A menudo dialogo con los mega positivistas, los cuales argumentan que se crearan nuevos empleos, como los de youtuber actuales, sí, pero ¿cuántos Rubius hay? Poquitos, muy poquitos. Sigo pensando que la relación es la desaparición de 10.000 puestos de trabajo por cada empleo knowmada que se crea, y del cual, soy buen ejemplo.

Soy de los que creen que cientos de millones de personas dejaran de estar infrautilizados, dejaran de hacer sus inútiles labores actuales, dejaran de ser humanos sumisos pertenecientes a plantillas de corporaciones de miles de empleados, aporreadores de teclados.

Pero mientras los futuristas plantean cómo será nuestra vida a 20 años, la cuestión es ver cómo vamos a cambiar ya la variable que rige nuestra vida actual, a otro concepto, por el cual las personas seguirán en un estado de bienestar, pero no trabajaran ni estarán menos alegres que ahora.

Y no hay nada como aterrizar en la vida real. Esta mañana he estado en la presentación del conciso y práctico segundo estudio de Transformación digital y RRHH realizado por Incipy con la ayuda de Inesdi... ya es bastante que de las cíen grandes empresas españolas más de la mitad declarara haber empezado el cambio de cultura empresarial... El agujero negro llegaba cuando una de las ponentes decía "se van a crear dos millones de nuevos empeños en la industria digital, pero ahora no hay casi nadie formándoese para ello",  entre tú y yo, cuesta menos diseñar algoritmos para que hagan esas mini tareas, que los 20 años de formación que tiene que tener un niño, para dejarle la relación de tus clientes en sus manos

Eso, respecto a las dinosauricas corporaciones. El mercado de empleo ya a avanza hacia el pago del talento, sin tener. Que trabajar para una gran compañía como demuestra la App Ibbü donde configuran una comunidad de expertos en ocio, viajes, moda, para que asesores a sus clientes y te paguen por ello. 

En definitiva, mientras las grandes coorporaciones empiezan a hablar de transformación digital, las pymes, micropymes, autónomos empezamos a caminar hacia el knowmadismo en plena economía del conocimiento. 

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