Conozco a pocas personas que la crisis no les haya afectado,
tan sólo las personas jubiladas de mi entorno las que no han visto su suelo
desaparecer bajo sus pies, y caer de golpe a un pozo profundo y oscuro sin
poder agarrarte a las resbaladizas paredes. Una caída que en algunos casos fue
de un año, pero otras personas han caído durante un lustro entero, tornando su
carácter, y borrando aquella sonrisa que bordaba su cara por entradas
alopécicas galopantes.
Otras personas siguen cayendo, pero las muchas nos hemos
visto a remontar, después de romperse en mil pedazos aquel espejo al que nos
mirábamos, con el que nos educaron, con aquellas respuestas que nos daba de
estudia, “aprende idiomas, ten títulos al peso, que eso te asegurara un salario
para pagar una hipoteca y disfrutar de la vida cuando te jubiles…” Lo más
curioso del asunto, es que el espejo a pesar de estar roto, antes de ir al cubo
de la basura, todavía lanzo un último mantra, “tranquilos, en vez de
asalariados podéis perseguir tu sueño y ser emprendedores”… ¿Emprende qué?
¿Montar una empresa? ¿Ser empresario? Pero si los de los cuarenta y tantos
queríamos ser funcionarios, cajeros de banca o trabajar en Telefónica… Y allá
que nos lanzamos muchos a emprender…
Donde aprendes a esquivar las tortas que le da el mercado a tu genial
idea escrita en un plan de negocio de 100 folios…
Al frío de la crisis han surgido decenas de libros de
autoayuda, de los que llevo unos cuantos leídos, y de los cuales, el primero de
Anxo Pérez puedo decir que es la referencia, para reflotar personas. En esas
anda el mercado literario cuando desembarca Joe Llorente, creando una categoría
propia, la del banquillo, porque los libros anteriores te susurran las técnicas
de sus autores para relanzar tu vida, volver a entrar en la rueda del empleo
cual hámster, pero José Luis, con "Espíritu de remontada" describe de forma deliciosa con ese punto de
humor tan suyo, lo mal que uno se siente cuando está chupando banquillo. Y ahí,
es el primer libro que recuerde que lo hace.
Para gustos los colorees, pero te diría que empieces la
lectura por ahí, por el capítulo X (exacto, el de que marca donde está el
tesoro), porque como dice Rafa Zaragozá
“si tienes un problema tienes un tesoro”, porque la mayoría de las personas
quieren solucionar, proactivarse, poner a hacer, pero sin saber de verdad cual
es el problema, o la causa de que ellos estén chupando banquillo. Mientras, se
depura esa causa, Joe con un magnífico ejemplo personal da con la tecla, que
nos es otra que… La cual es el aceite para ligar la mayonesa de la remontada,
donde me ha sorprendido otro de los ingredientes de chef Joe, ¡los valores! Lo
cual, lo entiendes conforme vas leyendo el libro.
Sí, en tu partido vital no necesitas remontar porque ya vas
ganando de 10, quizá quieras saber decenas de anécdotas de aquellos humanos que
compartieron final con los extraterrestres en Atlanta´84. Porque Joel no da
punta sin hilo y ejemplifica cada jugada con una anécdota que ya les hubiera
gustado contar en la revista Gigantes. Porque de eso va Espíritu de Remontada,
de demostrarte que este partido lo vamos a ganar, por mucho que los de enfrente
parezcan gigantes, cuando son tan humanos como tú. Para ejemplo, la sencillez
con la que respira un dios que parece humano, Don Paco Gento, al cual tuve el
honor de verlo en directo en la presentación. Con Espíritu de remontada, puede
que te conviertas en el Paco Gento de tu vida.
PD: es significativo como el baloncesto reporta libros
claves para la empresa y emprendimiento frente a otros deportes de equipo opio
del pueblo.
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