Gonzalo Osés

Gonzalo Osés

martes, 15 de marzo de 2016

Pide tres deseos



Hace una semana de nuevo en la Fundación Rafael del Pino, tenía el honor de desvirtualizar al evangelizador del futuro José Cordeiro y profesor de la universidad de la singularidad, la cual es ahora mismo, casi como la carta a los reyes magos, en 15 ó 20 daremos muerte a la muerte, acabaremos con las enfermedades…  Mientras me quedaba con una de sus frases “no tengan miedo a la inteligencia artificial, sino a la estupidez humana”.

Tuve el gusto de frotar su lámpara en el turno de preguntas, y delante de Yuri Fernández de Uber, le pregunté en qué año tenían previsto decirle al gran público, que no hará falta desplazarse a la oficina para llega a fin de mes. Reconozco que le metí en un aprieto, pero para eso es un genio, para que adelante el futuro sin caer en la negación de la realidad actual… y allá que fue “en 15 años no harán falta ni choferes, ni camioneros”. Es decir, el Uber actual habrá pivotado unas cuantas veces, o puede que hasta haya sino desaparecido, si quedarse como un jubilado al pie de una obre inacabada.

Bigdata, fintech, gamificación, drones, termografía, bioimpresión, realidad aumentada, internet de las cosas… son incipientes realidades que anteceden a la gran revolución, la del conocimiento, la del internet de las personas, con nombres y apellidos, dueñas de sus conocimientos y de lo que vender al mundo, ya no será sólo su empleabilidad, sino sus datos de comportamiento, de experiencias vitales de catalización de su conocimiento lo que realmente valdrá como moneda de intercambio. Hace tiempo que Javier Sirvent dijo que la bitcoin no sería la moneda del futuro, sino la de los datos.

Nos esperan nuevas inteligencias por abordar, frente a la artificial estará la colectiva, la que nos identifica como especie, porque por encima de envidias somos sociales. El alioli será un mix de ambas. No me cansaré de decirlo, el verdadero empoderamiento de las personas será no sólo cuando le extraigan sus datos por el bien de la humanidad, sino cuando se vea recompensado por ello, de forma concreta e inmediata.

Seguro que el profesor Cordeiro conoce el mapa del tesoro. De momento, sigo explorando las huellas de los Sirvent, Cordeiro y otros evangelizadores del presente cercano. 

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