Sábado por la mañana, has salido por tu barrio de compras, entras en una
tienda, ojeas unos zapatos, pero no te acaban de convencer, así que te vas de
esa tienda, sabiendo que un poco más allá hay otros comercios que ofrecen productos
parecidos. Mientras caminas, te metes en un bar a tomar un pincho de tortilla
con una caña y de repente, sin tu saber cómo el vendedor de la tienda te ha
seguido y no para de decirte, que le compres los productos que desechaste, te
haces el loco, pero él sigue ahí, más aun, antes de irte decides pasar un
momento al aseo, y zas, ahí está de nuevo el vendedor, pasando de tu intimidad,
y gritándote que le compres el par de zapatos, ¡redios!
Sales del bar, te paras en el quiosco compras el semanal y mientras
ojeas unas revistas, vuelve a aparecer el vendedor de zapatos, será cansino el
tío. Caminas y entras en otra zapateria, y para tu asombro, no sólo te
encuentras al zapatero de la primera tienda, sino que el marido de la del
quiosco también está ahí recordándote que le compres las revistas que le has
ojeado…
Agobiado te vas al supermercado, con la esperanza de darles el
esquinazo entre los lineales. La cosa va bien, el de los zapatos ha
desaparecido, haces la compra y a la salida, el zapatero te pregunta si quieres
que te lleve el carrito de la compra… Para tu asombro, no puedes ni entrar en la tintorería porque hay veinte vendedores de productos del súper, unos no
los has comprado, pero otros sí, pero ahí están diciéndome compra, compra,
compra, compra, compra…
Bienvenido al retargeting, lo que ni concibes que te pueda pasar en
offline, es lo que está pasando en internet cada vez que te da por ojear una
web comercial y aceptas las famosas galletas para que tengan permiso para
rastrear tus pasos y bombardearte con su oferta. El problema es que no son
personas sino algoritmos quienes te persiguen, por lo que no entienden ni un
no, ni que lo hayas comprado.
Poder puedes hacer poco, no navegar por internet ni con tu ordenador,
ni móvil, ni tableta… ¿no aceptar las galletas? La mayoría de webs “te sugiere”
lo contrario, otra opción es poner un bloqueador de publicidad, y la definitiva
parece ser la que presenta la última versión del navegador Firefox, poder
navegar sin dejar rastro… Habrá que ver si es cierto.
La otra opción es potenciar el empleo especializado. Si, faltan miles
de abogados que amplíen la oferta y se atrevan a meterse en el lejano oeste de
lo digital. Al igual, que están haciendo con los contratos de las preferentes,
tanto con el retargeting, como con la letra pequeña de las aplicaciones que ni
lees ni entiendes y que le das permiso a la app de la linterna a que lea tus
emails, contactos, navegación… Hay un auténtico filón por todos los abusos que
se están cometiendo, porque la nueva moneda son tus datos.
De nuevo, hay que quitar las miles de vallas publicitarias que pueblan
ambos arcenes de tu carretera digital, y que distraen tu conducción, ¿no dicen
los gurús del marketing digital que el cliente es el rey? Pues a ver si es
verdad y acotan un poco la tecnología creada en el lejano oeste. En este pueblo
digital buscamos sheriff, ¿algún abogado se atreve? Porque si tenemos que esperar
a que se apliquen una directiva europea, aviados vamos…
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