El feedback mayoritario de "Sin el sudor de tu frente I" ha sido que talento
y esfuerzo son casi complementarios, el primero es clave, pero el segundo se
hará si estás motivado y te apasiona lo que haces.
Con esas, el sábado asistí al facilitador foro La Educación del Ser organizado por la Fundación Promete. Donde Luis Cacho nos invitaba a responder
una pregunta ¿Qué puedo hacer yo para ser el cambio educativo?
El plato fuerte lo abría J.A. Marina (transmite más por escrito que
hablando), y luego Xavir Aragay de los jesuitas catalanes, con su
disruptiva acción de reinventar su sistema educativo. Tras él, otros artistas
tomaban el escenario del Price, el mago Jorge Luengo, nos aclaraba la
diferencia entre una persona de poca edad y otras más viejas, “los primeros no
ven el miedo que los mayores nos auto imponemos con las piedras del camino”,
mientras pisaba un camino de cristales rotos. O la charla de Richard Gerver “los
contenidos de hoy no servirán mañana, hay que enseñar habilidades”, o la
aparición de Daniel Rodríguez remarcando la importancia de conseguir transmitir
hablando mejor que por escrito.
A las charlas de los gurús, les siguieron la participación de equipos
de aprendedores, mostrando sus exitosos resultados, como los chicos de Colegio
Brains, el dire del Colegio Alameda, certificando que si se escucha al alumno, le
conocen, se le da herramientas no cognitivas, les potenciaran su talento, su capacidad de trabajar en equipo y otra
serie de claves con la cual nos abrían más las pupilas y nos calentaban las
palmas de las manos, pues al final el alumno de poca edad, se auto motivaba
para esforzarse en aprender sin que se dé cuenta.
Todo ello, tras la embriagadora agitación de nuestras almas por parte
de Alex Rovira. Hasta a un servidor se
le alinearon los chakras para motivarse, pegarme con la procastinación y acabar
un auto encargo pendiente y entregarlo hoy.
A la charla industrial de la mañana se hicieron talleres para provocar
el cambio, cuyas conclusiones habrá que leerlas en su web. En definitiva, una
gran jornada en la que un millar de profesores transitaron por el túnel iluminado
de la innovación educativa y social para el desarrollo del talento.
La fundación Promete hace de portaviones para que cada explorador de
la innovación educativa pueda repostar en ella, y coger ánimos para transformar
el yermo desierto educativo en un vergel de alumnos talentosos.
Respondiendo a Luis, me va a permitir dirigir mis pasos a otra
dimensión más idealista. Creo fervientemente, en las metodologías que están
desarrollando, fui al colegio Arcángel de la colonia del Retiro (casi
Montessori), en el cual he visto recuperar niños varados de la niniedad, tanto
hace 30 años como ahora, así como hice BUP en el SEK. Pero no quiero entrar a
debatir, que proporción de talento y cuánto de esfuerzo hay que cocinar, eso ya
lo están implantando con éxito muchos aprendedores motivados… Como rugió desde
sus entrañas el logopeda Jorge Ruiz y cantante de Maldita Nerea, “¡tachemos la cultura
del esfuerzo!”
Recupero el feedback al anterior post de Nacho Villoch (explorador y
traductor de innovación en el Centro de innovación del BBVA), “Son dos vías distintas… la de la búsqueda de
la excelencia (talento), y la de la exigencia (esfuerzo). Lo veo como las dos
orillas de un rio. Puedes remontar el rio por ambas orillas… pero no es lo
mismo. La ruta de la excelencia es positiva, la de la exigencia conduce a
sinsabores y frustraciones”.
Es decir, elijo remontar el rio por la orilla del talento, prescindiendo
de todas las máscaras del esfuerzo que nos ponemos para no sentir los cristales
del camino como perseverancia, voluntad, motivación, auto realización, etc… ¿Qué pasa si como decía Jorge Luengo no hay cristales en el camino? ¿Serán
invenciones de nuestro cerebro reptiliano? ¿Qué pasa si desterramos el miedo? Miedo
a ser diferente, ¿conoces a alguien con tu mismo talento?
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