Gonzalo Osés

Gonzalo Osés

martes, 20 de octubre de 2015

Sin el sudor de tu frente II



El feedback mayoritario de "Sin el sudor de tu frente I" ha sido que talento y esfuerzo son casi complementarios, el primero es clave, pero el segundo se hará si estás motivado y te apasiona lo que haces.

Con esas, el sábado asistí al facilitador foro La Educación del Ser  organizado por la Fundación Promete. Donde Luis Cacho nos invitaba a responder una pregunta ¿Qué puedo hacer yo para ser el cambio educativo?

El plato fuerte lo abría J.A. Marina (transmite más por escrito que hablando), y luego Xavir Aragay de los jesuitas catalanes, con su disruptiva acción de reinventar su sistema educativo. Tras él, otros artistas tomaban el escenario del Price, el mago Jorge Luengo, nos aclaraba la diferencia entre una persona de poca edad y otras más viejas, “los primeros no ven el miedo que los mayores nos auto imponemos con las piedras del camino”, mientras pisaba un camino de cristales rotos. O la charla de Richard Gerver “los contenidos de hoy no servirán mañana, hay que enseñar habilidades”, o la aparición de Daniel Rodríguez remarcando la importancia de conseguir transmitir hablando mejor que por escrito.

A las charlas de los gurús, les siguieron la participación de equipos de aprendedores, mostrando sus exitosos resultados, como los chicos de Colegio Brains, el dire del Colegio Alameda, certificando que si se escucha al alumno, le conocen, se le da herramientas no cognitivas, les potenciaran su talento,  su capacidad de trabajar en equipo y otra serie de claves con la cual nos abrían más las pupilas y nos calentaban las palmas de las manos, pues al final el alumno de poca edad, se auto motivaba para esforzarse en aprender sin que se dé cuenta.

Todo ello, tras la embriagadora agitación de nuestras almas por parte de Alex Rovira.  Hasta a un servidor se le alinearon los chakras para motivarse, pegarme con la procastinación y acabar un auto encargo pendiente y entregarlo hoy.

A la charla industrial de la mañana se hicieron talleres para provocar el cambio, cuyas conclusiones habrá que leerlas en su web. En definitiva, una gran jornada en la que un millar de profesores transitaron por el túnel iluminado de la innovación educativa y social para el desarrollo del talento.

La fundación Promete hace de portaviones para que cada explorador de la innovación educativa pueda repostar en ella, y coger ánimos para transformar el yermo desierto educativo en un vergel de alumnos talentosos.

Respondiendo a Luis, me va a permitir dirigir mis pasos a otra dimensión más idealista. Creo fervientemente, en las metodologías que están desarrollando, fui al colegio Arcángel de la colonia del Retiro (casi Montessori), en el cual he visto recuperar niños varados de la niniedad, tanto hace 30 años como ahora, así como hice BUP en el SEK. Pero no quiero entrar a debatir, que proporción de talento y cuánto de esfuerzo hay que cocinar, eso ya lo están implantando con éxito muchos aprendedores motivados… Como rugió desde sus entrañas el logopeda Jorge Ruiz y cantante de Maldita Nerea, “¡tachemos la cultura del esfuerzo!”

Recupero el feedback al anterior post de Nacho Villoch (explorador y traductor de innovación en el Centro de innovación del BBVA), “Son dos vías distintas… la de la búsqueda de la excelencia (talento), y la de la exigencia (esfuerzo). Lo veo como las dos orillas de un rio. Puedes remontar el rio por ambas orillas… pero no es lo mismo. La ruta de la excelencia es positiva, la de la exigencia conduce a sinsabores y frustraciones”.


Es decir, elijo remontar el rio por la orilla del talento, prescindiendo de todas las máscaras del esfuerzo que nos ponemos para no sentir los cristales del camino como perseverancia, voluntad, motivación, auto realización, etc… ¿Qué pasa si como decía Jorge Luengo no hay cristales en el camino? ¿Serán invenciones de nuestro cerebro reptiliano? ¿Qué pasa si desterramos el miedo? Miedo a ser diferente, ¿conoces a alguien con tu mismo talento? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario