Hace unos años que aterrizó la palabra gamificación en el portaviones del marketing de guerrilla, venía proveniente de los videojuegos, y en definitiva prometía romper con la rutina y conseguir de nuevo la implicación de los empleados…
Reconozco que leyendo trozos por la red, casi siempre intento
plantear una relación de juego en las estrategias que lanzo para que mis clientes
conecten con los suyos, porque al final, es como ligar, es puro cortejo y
tonteo… hasta que cupido vuelve con el zurrón lleno de eurillos… pero más por intuición y por prueba
y error, que por construir pilares sólidos.
En la pasada feria del libro madrileña descubrí a FC
Editorial, y como no tenía bitcoins para llevarme todos los dulces que había,
me pille “Gaifimicación en la empresa” de Juan J.F. Valera Mariscal, con la
esperanza de encontrar nuevas pistas para armar una estrategia más purista.
Aparte, de ciertas claves para gamificar el libro en sí
mismo, lo que descubres es una ciencia ya consolidada, con mucho más que los
kit kats pescados en la red, donde los juegos se quedan en un micro escalón de
la cadena de valor, al poder establecer y adaptar a tu terreno de juego las
diferentes dinámicas, mecánicas y componentes para realizarlo, donde debes saber
el carácter de los jugadores, la identificación de los lideres motivadores, el
equilibrio entre competir y colaborar, los temparamentos a lidiar, pero sobre
todo las palancas para motivar, para encontrar la piedra filosofal, el
engagement, la vinculación proactiva para que los jugadores fluyan entre
dejando a un lado tanto la ansiedad como el aburrimiento.
Destacar un aspecto, en el que cada vez creo más, que va
camino de ser la llave que cambie nuestra educación, cambiar el esfuerzo por el
placer, cambiar el “te lo ganaras con el sudor de tu frente”, que cae en saco
roto en los adolescentes, por el placer de hacerlo, el disfrutar del camino,
descubrir, como aquellos maravillosos libros de “Elige tu propia aventura”.
Algunos profes están intentando jugar con el mindfulness (versión abreviada y
traducida a nuestro estilo de vida de la meditación budista), pero a los que
están en pleno volcán de los quinceañeros, muchos se han auto parado, por negarse a
hacer un mínimo esfuerzo. Normal, ¿de qué les sirven aprenderse de memoria cosas que jamas van a utilzar? Una clave puede estar en la gamificación de
su momento vital, de forma transversal entre profesores, padres y youtubers.
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