Gonzalo Osés

Gonzalo Osés

sábado, 28 de julio de 2018

Feliz año


Da igual la religión que rija el estado en el que vives, por muy aconfesional que sea, cuando llega el final de un año, y el comienzo de otro, entramos en un estado de bondad infinita, deseando el bien a las personas con las que interactuamos, y viendo como dibujamos una sonrisa en su rostro, cual espejo del nuestro. 

Llega un momento en tu caminar vital, que te preguntas qué haces en esta vida, para qué has venido aquí, por qué tú, ahora y rodeado de tu familia, amigos… Habrá miles de respuestas, pero una de ellas viable, es que estás aquí para sumar momentos alegres que te lleven a ser feliz.

La siguiente cuestión que nos asalta, es como ser feliz. De nuevo, hay para elegir, más aún, cuando nos hemos dejado educar en la satisfacción inmediata del deseo, y si no, nos frustraremos, creyendo que el mejor bálsamo es adquirir experiencias de otros… 

Pues bien, una posible solución a ambas preguntas, es que, a partir de hoy mismo, cada vez, que te despidas de alguna persona con las que has interactuado, la digas un “feliz año”, a lo que por automatismo la otra persona te responderá "feliz año". Con ello, habrás creado dos sonrisas no sólo en vuestros rostros, si no, en vuestras almas. 

La satisfacción real, no llega por hacer méritos para recibir, ni mucho menos dar para recibir… la vida es dar por el placer de crear, de transformar felicidad en quien te rodea, y la forma más rápida, sencilla y barata es ésta, desear feliz año un 28 de julio, en adelante. 

Sólo, si has experimentado el poder de transformación en otras personas al ayudarlas a florecer sonrisas desde lo más hondo, entenderás que en ese momento eres divino, porque la energía que fluye por ti te revitalizará. Cualquier DJ del conocimiento te lo podrá narrar con sus propias palabras. Por eso, es tan grato enseñar. Por ello, si de de verdad quieres aprender una materia, busca la forma de poder transmitirla y formar a otros, sus necesidades te llevarán por el camino de la excelencia. 

Por cierto, la sonrisa verdadera es la de la mirada, cual espejo del alma. 

PD: ojalá tu interlocutor no te responda con un "lo mismo", porque te tocará felicitarle muchas veces el año, para que conecte con el centro de su ser, y pueda fluir. 

Feliz año 

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho la idea. Hace años qué me despido de un amigo diciendo "feliz navidad" y los dos nos partimos de risa.

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