Gonzalo Osés

Gonzalo Osés

jueves, 5 de julio de 2018

A favor de la nueva directiva europea de copyright “Link Tax”


Vaya por delante de hace unas semanas retuitee la noticia que lanzó El Confidencial la cual estaba en contra de la ley, y en parte lo hice, por esa parte que no consigo despojarme de masa que se mueve más por emociones que por decisiones conforme a sus valores. Tras volverlo a leer me di cuenta que estoy totalmente a favor de la nueva directiva de copyright de la Unión Europea y de sus artículos 11 y 13, cuyo borrador se acaba de devolver a la cocina para ser recocido y servido del 10 al 13 de septiembre, por la presión de la masa ejercida a 318 diputados frente otros 278. 


Me explico, a mi entender, la unión europea está recuperando la internet originaria parecida al proyecto Xanadu de Ted Nelson la cual era bidireccional, es decir, como ahora se lanzaban contenidos a la red, y por otro, en caso de que alguien utilizará esa información, se le notificaba a la fuente creadora de la misma. Pero para dar agilidad a la misma, se eliminó esa bidireccionalidad, lo cual, entiendo que quiere subsanar esta ley.

Un primer ejemplo para que lo entiendas, tengo un amigo que es el oráculo de la innovación en España, a cuyas charlas van otros vende humo, a los que directores de marketing incautos les contratan y reproducen las frases disruptivas y soluciones de mi amigo como si fueran propias. En cambio, cada vez que cito una de sus frase o soluciones, le cito, y si mi interlocutor no le conoce pues le doy su contacto para que le contrate.

Otro ejemplo más sencillo, imagina que aparcas tu coche en la calle, y al rato, otra persona que no conoces, coge lo abre sin romper nada y se lo lleva, aparcándolo una centena de kilómetros más allá, si tú coche está aparcado en la vía pública, no debería considerarse un robo por los que están en contra de la directiva. Es decir, todo lo que esté en la vía de internet pública debe ser compartido por todos. Pues bien, que dejen sus activos offline con las puertas abiertas, su casa, su coche, su portátil, y no, no es economía colaborativa cual Bla Bla car o Airbnb que se recibe una compensación económica por el uso del activo o servicio. 

La foto que encabeza este texto es buen ejemplo de lo que hablo. Cuando buscaba una foto, vi en el Instagram de José María Guijarro (@jose_m_guijarro), la misma, pero con un texto, le he pedido permiso para utilizarla, pero al hilo de este post me ha dado por ver si él era el creativo conector de ideas, y al poner en el buscador de Google “ingredientes del éxito”, me he encontrado con la misma foto haciendo referencia a IUGT internacional Panamá, a Schimitz Oscar y a un blog llamado Guazones. ¿Cuál de ellos es el creador originario? Porque me gustaría recomendarlo cuándo me pidan uno. Quizás, no sea ninguno de ellos, y sean los demás quienes se estén aprovechando de su trabajo anterior, o no, de momento no lo sé.



Argumentar que un algoritmo puede censurar una acción humana que antes lo hacía un juez, es como decir, que el algoritmo de un radar al detectar que circulas a más de la velocidad legal para esa vía, no puede hacerte una foto y multarte. Siempre habrá excepciones, pero ya pocos dudan cuando le cazan a más velocidad.

¡Ah! Estoy entre los damnificados, porque a diario tras leer en la aplicación libre de Teknautas, El País Tecnología o Innovadores las noticias más que creo que puede aportan más valor, las enlazo, y casi nunca les cito. Lo cual, reconozco que es un error, porque las citadas empresas no creo que les valoren mejor sus accionistas porque yo micro amplifique sus noticias. Por lo que estoy de acuerdo, en que me plantearan las condiciones de uso de su información, ya sea en modo copyright o creative commons.

Seamos maduros y dejemos en casa las antorchas quema cruces de la libertad en la red. Mejor dicho, en la internet no china, por qué de esa nadie se queja. Que bastante hacen con seguir comprándonos la deuda pública. Es momento de ser sinceros, hay que dejar de confundir a las personas entre libertad y libertinaje. Sobre las limitaciones de compartir código de programación, realmente creen que no se va a seguir haciendo por la internet sumergida.

Hay que ser consciente que el trabajo físico se acaba, cada vez somos más consultores, facilitadores, formadores, creativos, ideólogos, conectores, filósofos poniendo sobre la mesa una nueva economía la del talento, donde ayudamos a los oxidados y desnortados equipos de trabajo tradicionales a generar desde fuera de la caja: ocurrencias, genialidades y preguntas que llevan a respuestas que aportan soluciones sostenibles (económicas, sociales y a poder ser medio ambientales…).

Nada de esto será posible, si no, se reconoce y se pone en valor al código fuente del talento renacentista de los generadores de valor. Es decir, ahora somos los outsiders, pero en breve seréis todos, hasta los empleados, jubilados, desempleados y estudiantes, quienes intercambiareis vuestros patrones de comportamiento de éxito para llegar a final de mes, en un modelo de negocio CC2B2S. Donde tu hobby o pasión entrene algoritmos que aporten soluciones colectivas y te paguen con ello, siendo un nicho de economía circular, al hacer sostenible un sistema económico sin la necesidad de seguir emitiendo la contaminante deuda pública.

Por último, me pregunto a qué lobby molesta tanto esta directiva, para que algunos medios de comunicación se tiren piedras contra su propio tejado.


En conclusión, ponemos el grito en el cielo cuando Cambridge Analítica utilizaba los datos de usuarios de Facebook, pero nos apuñalamos cuando se trata de proteger nuestro valor en la economía circular del talento.

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