Gonzalo Osés

Gonzalo Osés

viernes, 27 de marzo de 2015

Liderar con humildad para innovar


¿Cuántos jefes o directores ejercen de líderes con sus primeros clientes, sus empleados? Hay mucho jefe que ha llegado a serlo porque el anterior se fue, pero carecen de las herramientas necesarias para dinamizar a sus empleados, y puede que como el menda, estudiarán Administración y Dirección de empresas, pero allí se estudiaba de todo, menos cómo gestionar a equipos de personas. Con lo que, al final, hay que recurrir a los famosos y caros MBA.

Si partimos de que liderar es una actitud, una forma de ser, de tener las cosas claras y de tocar la flauta, para que tu melodía atraiga a los infantes de la empresa. Hasta la última crisis, el líder parecía ser el ejecutivo agresivo, pero tras desmoronarse parte del chiringuito, han salido a relucir otros liderazgos imposibles hace una década. Uno de ellos es el de la humildad, que tras dos años dinamizando la mayor y más tradicional multinacional del mundo está dando sus frutos. Porque el líder antepuso los intereses de la empresa antes que los suyos, ánima a los mandos a dejar de mirarse el ombligo, a que salgan a conocer la frontera dónde se encuentran tanto sus clientes actuales, como los que han dicho que no le van a comprar. A los cuales no juzga, sino que dice “¿Quién soy yo para juzgar?”.

Jeffrey A. krames, en "Liderar con humildad 12 lecciones de liderazgo del papa Francisco”, desgrana las claves por las que Jorge Mario Bergoglio ha sorprendido a propios y extraños. Lo bueno del autor, es que trabaja desde la distancia, al no ser su biógrafo, con los datos están pocos sesgados. A su, la estructura del libro está muy bien, al partir de una clave de Jorge, para poner pasar por ejemplos prácticos de otras empresas, y cerrar cada capítulo con un resumen con las tres estrategias a recordar, para poner en práctica, ya.

Por último, no creo que sea coincidencia, que hayan sido  los colegios de los jesuitas en Cataluña, (orden a la que pertenece Bergoglio), los primeros en prototipar el modelo educativo, que muchos innovadores estamos hablando, donde han sustituido las anquilosadas asignaturas, los exámenes y los deberes, por los trabajos en equipo, donde sí se enseña el Imperio Romano, se aprende de historia, geografía, arte, ciudadanía de forma práctica. Por cambiar mentalidades han derribado hasta las paredes unificando las aulas. Puede que más de uno de los no clientes, agnóstico, se plantee llevar a sus hijos a un colegio tan pragmático, donde se antepone el desarrollo de la persona, frente a la tradición de la institución. 

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