Hay libros que te abren los ojos y te certifican que la zona de confort es un ideal del siglo pasado, otros que te dan caña, los más, te dicen cómo mejorar, pero aunque para su autor sea sencillo, para mi supone subir al Everest sin oxigeno... En esa travesía del desierto encontré un libro que decía "usamos el 1% de nuestro cerebro. Accede al 99% restante" ¡rediós! Menudo reto.
En una semana no creo que haya creado diálogos con la mayoría de mis neuronas, me da que fluirá. Pero de lo que si estoy seguro, es que he accedido a un océano azul, donde nadan peces sonrientes que desdramatizan las sensaciones más tenebrosas que pueda tener un angel caído tras la tormenta del 2008. Anxo gracias.
Es fácil admirarse ante la metodología del emprendedor del año, pero lo sorprendente es que empieza con una máxima, todos tenemos virtudes únicas que debemos explotar y hay que hacerlo de manera diferente a cómo otros lo han hecho, si a tu manera, que para eso es tu virtud.
Puede parecer más de lo mismo, pero no es un escenario de cartón piedra. Te muestra sus 88 cartas contrastadas con sus experciencias, las cuales fueron mucho de prueba y error. Y si te compras el kit de cartas, te invita a jugar, a que las palabras no se las lleve el viento, o quedan encerradas en papel, sino que se conviertan en hitos de tus virtudes, de tus logros. También es cierto, que en una semana, me ha dado tiempo, a leerle, admirarle, admirarme, y empezar el juego, go gO GO.
Si invertir en educación es el mejor activo ¿por qué obligamos a nuestros hijos a que crucen su Cabo de Hornos vital, luchando con su cerebro reptiliano, y un sistema educativo que les enseña a ser sumisos. Seria más fácil, empezar a experimentar con la actitud de Anxo, desde aquí ánimo a los colegios que navegan con los mapas de Waldorf que escuchen a este farero gallego, que un día se hizo las Américas contra viento y marea.
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