martes, 21 de mayo de 2019

Somos lo que absorbemos I


La semana pasada escuchaba a un amigo mientras el engullía una hamburguesa con todo al ser su día de comida libre, y el menda, una de soja o algo parecido, en una conocida cadena de hamburguesas gourmet que acaba de comprar el líder del sector. El caso, es que mi acompañante hacía referencia al libro que le recomendé hace unos años “Súper poderes para el éxito” de Mago More, y me decía, mira que cuando leí el capítulo de cambios de hábitos culinarios llegué a cabrearme por lo insistente del mismo, pues ahora no me queda otra que darle la razón”, y es que como escribía More “somos lo que absorbemos”. 

En mi caso, fui a la médica por un dolor raro, y los resultados de la analítica fueron claros, cambio a hábitos más saludables que la vida sedentaria que llevaba. Esa misma tarde tenías que ver la extrañeza de mis amigos, ellos tomando pintas y el menda a tercios de sin alcohol… y mi hashtag foodie de Instagram languideciendo…

Un mes después, flipo con los cambios de mi metabolismo tras observar que More tenía razón. Alucino porque ya no tengo resaca los martes cuando me corro el fiestón el sábado. A la par que he empezado a caminar en vez de pillar la moto o el metro, lo cual me ha hecho descubrir que la calle Bravo Murillo es en cuesta… llegando un día a hacer 17 km… cuando antes me asfixiaba por subir dos pisos andando…

El truco, matar la ansiedad con otras cosas, comer menos más veces, intentando evitar la comida procesada (en mi caso), y andar entre reuniones, jugando a quitarle minutos a Google Maps. Porque  a veces la diferencia entre ir andando o en metro no son más de 20 minutos. Mientas, rumio como no aburrirme de esta actitud que consigue que duerma más horas. 

PD: Porfa, no me envíes la dieta guay que a ti te funciona, ni la paleo ni la x., que lo mío no es una operación bikini, tan solo he cambiado unos alimentos por otros y la moto por las piernas para desplazarme...

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