martes, 30 de octubre de 2018

Inteligencia Universal I






¿Te suena el mindfulness? Ese momento que te dedicas a ti, a desconectar de la rueda del hámster y te dejas fluir, sin prisa, pero sin pausa.

Y ¿la meditación? Cuando desconectas de toda la vorágine e impactos que no te dejan ser consciente de quién eres. 

¿Has ido algún paso más allá? En un primer término, tu cerebro tiende a hacer generar una metáfora creyendo que eso es lo que te reconforta, pero estás atento y sigues en paz, centrándote en tu respiración, en cómo el aire canaliza tu ser. 

Puede, que empieces a identificar una información, algo que no comprendes, incluso, imágenes nítidas de sucesos tuyos o de otros allegados que te ayudan a comprenderte. 

Otro paso, es probar a preguntarte cosas en esos momentos, y casi seguro que recibes una información personalizada a medida, para que te sientas más tú, ni bien, ni mal, tan solo tú, más en línea con lo que eres, muy alejado de aquel estresante y artificial “¿Qué quiere ser?”. 

Después, en tu día a día, te sientes más pleno, empiezas a tomar las riendas de tu vida, de tu don, de tu talento, y a disfrutar de cada uno de tus momentos, aportando valor a ti, a través de aportar a los demás. 

Entonces, caes en la cuenta de lo fácil que es la vida, decidiendo cuando entras en la rueda del hámster, y cuando sales. Y lo más interesante, darte cuenta de qué no es una locura tuya, si no, que muchos allegados tuyos son conscientes también de ello, pero lo comentan entre susurros. 

En algún momento, te preguntaras de donde viene esa información, cómo puede ser que nadie hable públicamente de ella, si es tan positiva para cada persona. Pues bien, son los registros akáshicos, una especie de inteligencia universal multisensorial de todo el conocimiento que hemos atesorado. 

Ahora que en menos de una década llega la Inteligencia Artificial con mucha mayor capacidad creativa nos relegue a los creativos a meras mascotas, como demuestra ya el algoritmo que pinta igual que Rubens, o el que crea bandas sonoras de películas o el que llama a la peluquería, sería interesante que asumiéramos que nuestra ilustración, nuestro renacentismo y dejáramos de ser sumisos ante lo que nos dicen que tenemos que ser, y empezar a ser nosotros mismos. Si no te acuerdas de quién eres, y cómo puedes aportar a los demás, aquí tienes una memoría universal, cual USB. 

En tus manos está, decidir si quieres decidir ser quién eres, y desconectar de la rueda del hámster para ser tú mism@, o seguir delegando tu existencia a lo digan en Gran Hermano o Salvame, que también es muy loable si es lo que quieres. 

PD: Foto Gonzalo Osés río conectando con el mar 


viernes, 26 de octubre de 2018

El #libro del #networking


Era de cajón que Antonio, fuera formador de networkers, porque lo lleva en su apellido, Domingo. Sí, en nuestra sociedad, los domingos son los días de compartir, de honrar la amistad, de ayudar sin mirar a otros por el gran placer que supone aportar valor a otras personas. Un valor, que parece irrisorio, pero puede conectarte a un nuevo estadio de tu vida. 

La aparición del libro “Networking, el arte de hacer negocio, relaciones y oportunidades" es importante, para poner negro sobre blanco el 85% de qué es networtking, ahora que se está mal usando la palabra networking, para definir cosas que no lo son como el famoso vino español al final de los eventos, que ni de lejos es networking.

Cada maestrillo tiene su librillo, pero como conector y abre puertas, coincido en los pilares que esgrime Antonio. Es importante, porque ahora, de repente, todo el mundo es networker cuándo a lo mejor son meramente relaciones públicas o expertos en el protocolo del lobby, o el famoso amiguismo. Es importante, separar el trigo de la paja y si de verdad, quieres dejar de acumular contactos y empezar a crear relaciones de valor, te sugiero que leas a Antonio. 

Además, hay un debate muy interesante, que es la monetización del networking. Si miras al mundo anglosajón, allí es muy normal. Pero al monetizar, la conexión pierde cierta energía vital. Servir, servirá, pero la energía que te recarga cada vez que ves la mirada agradecida de una persona, desciende. 

En definitiva, si eres feliz ayudando a los demás, tras leer el libro práctico de Antonio, casi seguro, que, al irte de un evento, las personas serán más felices que cuando llegastePorque Antonio te explica de forma sencilla y práctica cómo elaborar tu propio plan de networking, tanto en lo personal como en lo profesional. 

martes, 23 de octubre de 2018

Futuro que no fue pasado


Hoy toca analizar lo que pudo ser futuro y no fue pasado.

El pasado 20 de junio publicaba una previsión diciendo que el 17 de octubre  de 2018 a las 17:10 quebraba la bolsa de Nueva York… Y menos mal que no acerté. Como mucho cerró en negativo… Pero, eso es como clavar un dardo fuera de la diana. 

Como mucho, el catacrack pudo ser al día siguiente en la Bolsa española tras dejarse a fecha de ayer, los bancos 10.000 €, ¡que se dice pronto! Por la inesperada e innovadora jurisprudencia sobre quién paga los impuestos de los créditos, y que, de momento, tiene bloqueados los juzgados españoles, hasta el próximo 5 de noviembre. ¿Qué pasará si el lobby bancario no tiene suficiente poder? ¿Se verá el Santander de nuevo obligado a comprar otro banco? ¿Quién sabe? Pero casi seguro que esto no pasará, o ¿sí? ¿Habrá por fin disrupción en la jurisprudencia a favor de la demanda? 

Pero en bolsa fallar en 24 horas y en plaza es un abismo, dominado por las emociones. Menos mal que no invierto en esa plaza, si no en la mina del talento personal. 

Acierto diferente fue pronosticar, y publicar en twitter previamente, las victorias de Jorge Lorenzo en Motogp, (que no la previsión del mundial), cuando ya el CEO de DUCATI no confiaba en él, quizá, porque es un deporte que lo llevo en el alma y es más fácil acertar a corto plazo, quizás.

Lo dicho, mientras voy afinando y canalizando la información, sigo aprendiendo de todas las personas con las que me cruzo, y por tanto honrando ese momento. Como será está tarde dando clase de validación a emprendedores, vamos que me viene que ni al pelo. 

jueves, 18 de octubre de 2018

Destinación



En el libro "Próxima estacion futuro" (ARPA) la palabra “destinación sale en las páginas 122, 245, y al buscarla en la próxima 122+1, me encontré con la frase “el futuro de la información”. 

En principio, es un leve error de traducción de la palabra dirección, pero a mi juicio resume la intención de Ranga Yogeshwar. Al fundir las estratégicas palabras “destino” y “acción”.  

Ranga te plantea si quieres elegir tú futuro y el de tu entorno, si quieres tomar parte de las decisiones, actitudes y acciones que son necesarias, ahora, para que podamos cambiar el destino, al que nos han habituado del monopolio digital estadunidense liderado por los GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple), cuyo fin es el económico propio. 

Si tu decisión es no, no te compres su libro para aparentar de cultureta en el Instagram.

Si, por el contrario, te queda un hilo de pensamiento crítico, hazte con un acariciable volumen de sabiduría Ranga y disfruta de amable charla. 

Se nota que Ranga es uno de los mejores divulgadores, al resumir cada tema desde los inicios del mismo, hasta un presente, que parece ciencia ficción. Pocas veces tantos temas estratégicos como son el cambio climático, CRISPR, Inteligencia casi artificial, patrones de comportamiento, educación, economía de datos, etc.… son descritos de forma tan concisa y amena.

Tan sólo dos peros, por un lado, el mensaje podría ser el mismo en la mitad de hojas, accediendo a un público que no se atreve con cuatro centímetros de papel. La chicha empieza en el capítulo 4. Habiendo un kit kat anterior, aclarando que los GAFA nos coloniza click a click. 

Por otro, en las tecnologías o planteamientos 100% futuribles que no domina en primera persona, (lo cual, hay que decir, que es raro, porque es “El Punset” alemán), como es alargar la vida, da su opinión personal, y ahí, pierde cierta rigurosidad expositiva. Es una, la excepción, pero… es humano y no un algoritmo, perfecto. 

Así mismo, es un toque de atención para el posicionamiento de la ciencia española al no aparecer el nombre del alicantino Francisco Mujica como descubridor de la base, de lo que luego sería CRISPR. El error no es de Ranga, si no, nuestro porque no luchamos por posicionar nuestros logros. La excelencia implica humildad, pero no tanta. Espero que las próximas sesiones de Ciencia en el parlamento den sus frutos. 

martes, 16 de octubre de 2018

Modo aprender


Tras el post del martes pasado, un amigo coach me envió unos ejercicios de asertividad, y una amiga el jueves, me recordó que para ser sincero en lo profesional tocaba serlo en lo personal. Así que este domingo, me armé de valor, y recibí una gran lección de vida de una persona a la que estimo. De esas que se aprende a manos llenas.

Ranga Yogeshwar en su libro que bloguearé este jueves, hace referencia a la importancia de pasar de modo resultadista (económico) a modo aprendizaje para afrontar el futuro con éxito. 

Mi estimada Joaquina Fernández lo resumía así “La vida sería más sencilla si nos 
pusiéramos todos en modo aprender”. 

Al parecer, Bill Gates, Elon Musk y otros CEOs relevantes dedican una media de 5 horas semanales a aprender cosas nuevas

Ayer tuve una de esas comidas, que la pondría en bucle para seguir aprendiendo de mi interlocutor, de esos profesionales que o aportas o te apartan, ¡olé! Pocas veces, estoy delante de alguien que su trabajo facilitará el aprendizaje de millones de personas. 

Esta mañana en clase de voz con Mamen Delgado, la que fue la voz del 1004 de Telefónica la década anterior, me he dado cuenta, lo importante que es honrar el momento de interlocución con otras personas. 

Hoy estaré en un evento de los que aportan, el Open Summit BBVA, iré en modo aprender de fintech: escuchar, reflexionar e implementar. Mañana, otro premio, aprender a desvirtualizar a Ranga, quizá, por partida doble. 

Pasado tocará aprender de los emprendedores que inician su camino en el Coworking EOI de Manzanares y la Junta de Comunidades. Porque enseñando y acompañando se aprende mucho. 

Moraleja, se aprende de un libro, una conferencia, una charla de youtube, y sobre todo, se aprende escuchando de forma activa a tu interlocutor, permitiéndole el error en sus palabras, desde el amor, la vida y la libertad de escucha. 

A pesar de todo, la vida a veces te da lecciones inesperadas. Arreglarlas es el reto que mueve mi vida. Me voy a ello.  

  go gO GO!

jueves, 11 de octubre de 2018

El año en que salvé a Einstein


Vuelvo a bloguear libros estratégicos, con un autor que admiro como persona y profesional, el gran @sandopen. Uno de los padres de ecosistema tuitero español con sus famosos hashtags nocturnos. Que debía escribir cuando salía de Fundación Telefónica de liderar decenas de proyectos para ayudarnos a comprender cómo lo digital ibas a transformar la educación. 

Como el tiempo es un regalo, tuve el honor de desvirtualizar a Sandopen que al parecer se llama José de la Peña, en la aceleradora de edutech @SEK_lab, él de mentor titular (de año sabático), y yo de mentor becario (de prácticas). 

La novela "El año en que salvé a Einstein" se la regale a mi padre con la intención de leerla posteriormente… En agosto cuando llegué al retiro familiar y le pregunté por la misma, me sorprendió su respuesta, “hay un punto que me ha costado”, te diré que mi padre devora libros de 200 páginas en un día. Bendita capacidad que no heredé. 

De repente tenía un reto, descubrir el porqué de su bloqueo y me puse a investigar, lo cual, me resultó fácil gracias a los consejos del protagonista de la novela, con el que pronto hice buenas migas, por su profunda humanidad y humildad (se nota los rasgos de su padre literario). 

La acción transcurría trepidante en el aquel azaroso histórico momento de Entre Guerras, con un mapeo de la situación digno de Google Maps. Hasta que llegué al cráter donde me hundí sigilosamente, cual agujero negro. Fueron tan sólo una decena de páginas, pero mi cerebro casi que se licuó un par de veces… ¿Adivina qué intentó explicar Pepe? En una animada cena de nuestro prota y el primer genio que le aterriza en la importancia de aquel momento. 

Ni más ni menos, que la física cuántica, ¡acabáramos! Aunque Pepe se lo curra, y los protas ponen un claro ejemplo con el descubrimiento de Einstein, nuestro atontado cerebro sucumbe, porque se le obliga a entrar en un plano mental al que no se le ha entrenado. 

De hecho, todavía hay muy poca literatura de ejemplos reales y prácticos sobre la misma. Como reflejan lo poco estables que son hoy en día los ordenadores cuánticos. Siendo la física cuántica muy nombrada como comodín del público por mis interlocutores de innovación, cada vez que les pregunto cómo domar al tiempo que nos gestiona a nosotros.

Sugerencia (ya comentada con el autor), sáltate esa explicación, sigue para adelante, y luego, después de haber entendido toda la refriega de súper interesantes debates entre los protagonistas reales de lo que pasó ahí y cambio el rumbo de la ciencia, vuelve a esas páginas donde lo entenderás de forma más fácil. 

A la par, que Pepe tira de sus investigaciones de una vida entera para desvelarte un encuentro en el que no había Twitter, una trama policiaca digna de una novela de alto voltaje, que cuando se acaba, te quedas con ganas de más. 

Pepe, ¿para cuándo la segunda parte de la trilogía? 

PD: el libro se imprime bajo demanda, ¡por fin alguien que no tala árboles en base a las expectativas de su ego!

martes, 9 de octubre de 2018

Sinceridad: la disrupción de la escucha


Cuándo alguien me sugiere una idea que no espero, instintivamente le digo que no, luego, al segundo me pregunto “¿Y por qué no?” Y el siguiente segundo, pienso “tío recula que es una solución interesante”, seguidamente en el tercer segundo le digo “tienes razón”, con lo que a la par que abre los ojos con sorpresa, dibuja una leve mirada sonriente. Tres segundos que combato a diario para aprender a empalizar con lo inesperado y disruptivo, mientras hackeo mi cerebro reptiliano. 

Si ni yo estoy entrenado para escuchar disrupciones ¿cómo me sorprende que las organizaciones se revuelvan en sus entrañas cuando les sugiero ideas por twitter en SU evento?

Más aún, cuando los empleados de marketing que organizan eventos, quieren ser trending topic sin que les distorsionen el discurso que tanto esfuerzo les ha llevado.  Olvidando que son ellos los que posicionan su marca en un lugar de supuesta escucha, disrupción e innovación. Sabiendo que si hacen un evento público se exponen a la sugerencia constructiva externa. La cual, la toman como una afrenta al no tenerla prevista. Dime de qué presumes y te diré de qué careces. Empleados jugando a canalizar disrupción. ¡Tela! 

Lo tremendo, es como ayer, cuando hacen una presentación de un estudio y el investigador que presentaba las conclusiones no sabía entender sus propias diapositivas. ¿Es aceptable en una organización que asesora a otras en innovación? 

Puede que un problema sea que hay muchas empresas donde el/la responsable de marketing también lo es de innovación o de creatividad o de disrupción o de la palabra que no entendamos, pero que si la asumimos como nuestra creemos que vamos a ser empáticos con los clientes. 

Resulta extraño que un valor como la sinceridad, que en teoría es a lo que nos enseñan de pequeños, con el mantra “no mentiras”, nos resulte tan molesto cuando lo recepcionamos, como un gancho a la mandíbula. Es un baño de realidad casi siempre validada, entre lo que realmente somos y como tal nos perciben, y lo que estamos empeñados a querer ser. (Ampliar con el post "¿Qué quieres ser?"). 

Se me escapa por qué hay mentores e inversores de startups que me dicen a viva voz “Gonzalo alguien tiene que ser sincero” o “eres el único que eres 100% sincero”, mientras en los chats de WhatsApp colectivos me den caña… Ok, asumido, aunque me arriesgue de nuevo a una nevera profesional. 

¿Cómo vamos a mejorar si rechazamos de plano la escucha activa? ¿Cómo vamos a reconocer nuestro talento innato si no somos sinceros? ¿Las empresas son conscientes de lo que son en vez de lo que quieren ser? ¿Somos felices en una vida impostada? 

PD: foto de un grafiti de la pared del polideportivo municipal de Manzanares (Castilla La Mancha). 

jueves, 4 de octubre de 2018

Prototipar el trabajo del futuro



La frase de mi padre es “el que menos necesita, es el más feliz”. 

Será que con la madurez estoy empezando a ser consciente de esa frase, al darme cuenta que no necesito currar 5 días a la semana para llegar a final de mes. ¿Suerte? No, eso no existe, se llama tomar y asumir vitales decisiones. 

La clave, es que no acabo de caer en la trampa de renovar la moto, el móvil porque la pantalla tenga una grieta, o la ropa por estar a la moda. Sacando de ellas, la parte emocional que tan bien anclaron emocionalmente aquellos maravillosos profesionales del marketing. 

Empiezo a ser dueño del tiempo que me han asignado, en vez de estar agobiado currando para pagar las cuotas mensuales. Con lo que tengo más espacio y tiempo para desarrollar un pensamiento crítico… y dejar de correr en la Carrera de la Rata.

Me da, que estoy prototipando el trabajo del futuro, donde trabajaremos muchísimas menos horas, dejaremos de calentar sillas y esperar a que el jefe desconecte su WhatsApp. Tan sólo curraremos como mucho tres días a la semana, aportando de forma súper personalizada nuestras habilidades y comportamientos.  

Puede que está reflexión sea en parte fruto de la charla de ayer en Saber Cómo de la bici clown Álvaro Neil (@biciclown). Realmente necesitamos la mitad de la mitad de las cosas que nos hacen creer que es necesario. En el momento que lo sustituyes por sonrisas, ¡eres libre! Puede que está sea la única forma, de aportar contra el calentamiento climático. 

En un par de horas estaré en un lugar que hace unos años ni me planteaba que pudiera ser posible…

… estaré satisfecho conmigo mismo en una playa. (Y mis clientes de mi). 

PD: la foto que encabeza es lo que veía hoy en la reunión de mi startup con unos de mis socios en plena terraza de un parque madrileño a las 12 de la mañana de un martes… Esa es la mejor oficina, la que no tiene paredes, que limiten nuestras ideas.