martes, 17 de mayo de 2016

Las dos caras de la iMoneda


La semana pasado tenía lugar El evento de transformación digital El País Retina, organizado por el medio de comunicación mencionado. Entre las elocuentes ponencias destacaría dos, las cuales resumen el gin yan de la tecnología actual.

Por un lado, la mayoría de empáticos ponentes evangelizando las enormes posibilidades del bigdata para conocer los gustos de sus consumidores, y poder satisfacerles en todas las necesidades que puedan tener. A la par que generar riqueza con ello, y bienestar social…

Por otro, el excéntrico Richard Stallman uno de los percusores del software libre en el lado oscuro de la fuerza, hablando de la libertad de empoderamiento al utilizar el softawae libre, y posicionamiento abiertamente ante la extracción masiva de datos personales para el lucro de empresas privadas, al grito de "Tenemos que derrotar a Uber, por nuestra libertad y privacidad"

Stallman me recuerda a Jaron Lanier, (sus predicciones del 2013 para el 2020 ya se cumpliendo), dos desarrolladores que piden a gritos la protección personal de los datos. Como aquella carta de científicos destacados que pedían que les prohibieran seguir investigando para no encontrarse un skynet en medio siglo… Resulta curioso como los padres de las criaturas que ahora evangelizan las disruptivas corporaciones, tienen conciencia y se posicionan ante la no comercialización de tu vida.

Hay una masiva evangelización de la nueve era económica del conocimiento, donde algoritmos pueden eliminar el spam y ser pertinentes para ofrecerte sólo aquello que necesitas. A la par que la posibilidad de una nueva economía colaborativa o social, en la cual millones de consumidores pasan a ser agentes al compartir gastos de su casa o de su coche…

Sorprende el sector de la abogacía lo dormidos que están enfrascados en cuestiones offline, o como mucho ganando pasta de si la asociación de velas demanda a la de bombillas por hacerse con el mercado… Y la ley de protección de datos es como un elefante en una cacharrería, valorando al peso no a la calidad del dato.

Se habla de bigdata, de smalldata, de smartdata, pero poco de PresentData o PayData… Y ya no digamos lo casi nada que se habla de software libre o del reduccionismo de internet frente a los ecosistemas cerrados de las aplicaciones. Pero de lo que se habla es del iceberg que ven las corporaciones tradicionales, de la parte que está sumergida el invento de Arpanet, de eso silencio

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