“Estoy loco por España, la
maravillosa afabilidad de la vida” John Dos Passos (1896 -1970)
Cuando la
crisis azotaba en toda su magnitud, Javier Santiso timoneaba desde el estrado
de la Fundación Rafael del Pino, charlas con emprendedores a los que conseguía
tender puentes de plata a Silicon Valley. Desde el patio de butacas un público agradecido
por enseñarnos otra mirada de la realidad, tuiteábamos sin descanso.
"España 3.0 necesitamos resetear el país" (Deusto) más que un libro es una actitud, un
manera valiente y positiva de querer cambiar las cosas, sabiendo que las reglas
no están escritas, donde querer es poder, con esfuerzo y pasión.
Javier mapea
el ecosistema de startups mundial a la par que disecciona el español,
desmitifica los mitos adosados durante años a la marca España, y plantea
soluciones, desde el conocimiento de haber sido
motor de Start Up Spain, Wayra, Amerigo (fondo de inversión), Talentum o Dig Eat All, ahí es nada… Lo cual,
le da potestad, para pedir un cambio de actitud y de saber hacer, a todos los jugadores de la partida, desde los políticos a los emprendedores. Sabiendo que las startups no salvarán al país, pero si ayudaran mucho a mejorarlo creando valor.
Donde
convertir el embudo del sol y playa en catalizador del talento mundial, con la
Startup Visa o conseguir que San Sebastián sea la Silicon Valley
del food & tech, O convertirnos en puente entre Europa y Sudamérica
por el que circulen las startups. Hoy, ese puente empieza a ser realidad con la
inauguración del campus de Google, y el próximo desembarco de Amazon.
Felicidades a las personas que lo han hecho posible.
Desde aquí
una petición a Roger Domingo, (el mago editor de tantas cartas náuticas para
salir de la tormenta), un libro que Javier sugiere en el que se recojan modelos
de emprendedores más cercanos de los cuales aprender, como los de edreams, Scytl, Just Eat, CartoDB,
Libelium, Hall St., Social Bro, Sales Gossip, Coowry, Olapic, Onevest… acunado con los
datos más estratégicos de este almanaque del ecosistema y actitud startup.
Por
último, dar las gracias a Javier por descubrirme a Albert Hirschman.
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