Luego fuimos a dar un paseo a los pies de la Pedriza, y me asombraba
su capacidad para trepar y bajar por sitios imposibles, a la vez que iba encontrado
multitud de insectos, y ya de vuelta al tomar unas cañas los mayores, se puso a jugar con otras
niñas que no conocía como si fueran íntimos.
Mientras sus padres preparaban la cena, me invitó a jugar a un divertido juego con unos dados como
si fuera una suerte de petanca y de chapas con buenos y malos, que se acababa
de inventar… y cómo no conseguíamos ganar a los malos, decía, “ganar está bien, pero lo importante es
jugar…” Cuando, se lo comenté a sus padres se sonrieron y dijeron, mira han
hecho un reportaje de su escuela. En efecto, el niño de rojo, que aparece en la última foto del reportaje de 20 minutos sobre escuelas en el bosque es el hijo de mis amigos.
Si la
semana pasada eran los food trucks, ésta son las escuelas alternativas como Saltamontes, porque la generación X, la del Kronen, acariciando los 40 nos
estamos plantando y creando fórmulas más humanas, alejadas de la alineación que
nos inyectó el sistema educativo industrial a todas luces ya caduco.
Ahora que la gamificación, entra en el mundo laboral, ahora que todo el
mundo quiere una oficina con futbolines, es momento de pensar, en qué momento
perdimos nuestra capacidad de jugar, de aventura y de responsabilizarnos de
nuestros actos.
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