Donde dije, digo, Diego. Sí, sé que escribí que mientras escribía mi segundo libro durante un par de meses no iba a leer otros libros, para no influenciarme. Lo sé, pero ayer en el Museo de La Neomudejar CAV (Centro de Artes de Vanguardia) no pude resistirme a comprarlo, leerlo y bloguearlo.
Es un placer leer la disertación que realiza a través de 50 capítulos sobre un tema tan importante como es el bla bla bla. Además de la cuidada edición del canto de las páginas acabadas en dorado.
Un genial planteamiento, que refleja la sociedad que estamos construyendo, donde se valora al peso las hojas de disertación, así como lo mucho que las valoramos si entroncan con nuestros valores, miedos y expectativas. Dando exactamente igual, de quién es la autoría del artículo, de la web, del libro, como es el caso, quién lo haya creado se ha guardado el ego occidental, y no necesita el salario emocional, para el postureo en el Instagram. ¡Qué grande o grandes!
Llama la atención la numeración de las esquinas superiores, siendo en la de la izquierda el punto inicial del capítulo donde se está, y el de la derecha el último punto que está tratando.
En definitiva, más que un libro es de esas genialidades, que se ven en la Neomudejar, y me llevan a una nueva reflexión, a seguir en mi libro, bla bla bla...
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