martes, 11 de febrero de 2020

De alta laboral por la magia de la Fraternidad


Estar hoy de alta, tres meses antes de lo estimado tras la prueba vital que tuve el 19 de septiembre cuando me caí de mi moto, yendo al trabajo, se debe en gran parte a ello, a la fraternidad que crean a diario sus mágicos empleados.

La rehabilitación como MotoGP o la Fórmula 1 es un deporte de equipo, donde el impaciente piloto se lleva las mieles de la victoria gracias al trabajo silencioso y la mirada sonriente de un gran equipo de ingenieros de la plenitud, que nos enseñan a ser pacientes, y a ser conscientes que la vida es ahora, y con una sonrisa, buen rollo y entreno, se consiguen grandes resultados.

Mi victoria vital es gracias a:

A los chicos de las ambulancias que empezaban cada mañana a coachearme para ser consciente de la suerte que tuve. En especial a Luismi que me enseñó a subir y bajar los escalones de mi portal cuando pase de la silla de ruedas a las muletas. Muy bueno el método "qué pie va al cielo y qué pie al infierno".

A Rosa (ponte mejor), Mercedes y Tina por convertir los lunes en viernes nada más entrabas al reino de la Fraternidad.

A Marisa y Nieves, excelentemente secundadas por Rocío, por explicarme las reglas del juego, y darme siempre una solución que me facilitara la vida e hiciera más fácil el trabajo a sus compañeros.

A mis médicos Daniel Celso, Fernando Ordoñez, Barbara Batres y Ángel María Tortosa por tener la valentía para tomar decisiones. Agradecer especialmente a Daniel su diligencia durante los cinco meses, y dirigir a Iván y Erika para ganar la batalla a mi herida abierta, que me permitió comenzar la rehabilitación. Y cómo no a Fernando por su enorme empatía para hacer llevadero lo que podría haber sido un via crucis cervical.

A mi fisio Rubén y sus compañeros: Edu, Vanesa, Leyre, Cris, Guiomar, Keka, Rocio y Aitor, por crear un gran ambiente de trabajo entre ellos, que te contagiban el buen rollo, y las ganas de disfrutar cada momento en plenitud, por mucho que los músculos, ligamentos, tendones, tornillos, huesos o la mente estuvieran perezosos. ¿Quién me hace un cyriax? 🤣

Cómo no, agradecer a Rubén la paciencia que tuvo con mi verborrea, y sus estrategias para sacarme rápidamente de la silla de ruedas, y luego de lás muletas, 👏.

Por último agradecer a esas personas que no se las ve tanto y son fundamentales, como Elena de administración y su paciencia con mi gestor; Teresa de transportes; Noelia y Mayte siempre diligentes y atentas a mis despistes como olvidarme el papel del alta laboral. Será que mi inconsciente querría volver hoy allí.

Y a las mujeres de la limpieza, Laura y Juani que hicieron un muñeco de nieve super chulo, y tenían el gimnasio como los chorro del oro, por mucho que nos empeñamos en practicar canastas de basket con las pelotas de papel.

Gracias por ser como sois, hacéis lo que hacéis, y sobre todo, cómo lo hacéis.

PD: hay otro gran equipo de personas que ha convivido conmigo a diario, de ellos escribiré el jueves.

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