martes, 8 de enero de 2019

Tocar sin romper


Ser esencia, ser coherente, si no aprendí cuando mi ego se sintió atacado, ¿por qué hacerlo contigo? 

Estoy serenando mi autoestima, para no herir la tuya, aprendiendo a ser asertivo. Para que mis palabras iluminen tu don interior, y se materialice en talento, sin rasgar tu alma. Respetarte, amarte. 

El año pasado: 

-      Facebook no entendió la inocentada y me bloqueo la cuenta por phissing.

-      Perdí mi deseada colaboración con BBVA Open Talent por no escribir fino, no citar tal cual las declaraciones del expresidente, y no saber que tenía que haber enviado el texto a protocolo. 

-      En un foro de tecnología estuvieron a punto de echarme, por cuestionar al miembro más importante, cuando pensaba que cuestionaba lo que representaba. Cuestión de formas. 

-      Del libro de Sonia Diez, aprendí la diferencia entre equidad e igualdad, pero me pudo no entender la esencia desde la que escribió “¡Educacción!”, quizás hace un lustro.

-      En Startup Weekend tener el san Benito de ser el Risto de los mentores es agotador.

El jueves blogueare un libro sobre asertividad, los ejercicios los pongo ya en práctica, aunque cueste, pero no hay otra. 

“Si quieres recoger miel, no des puntapiés al avispero” es el primer capítulo del libro que me estoy leyendo. 

Respiro por aprender a remansar la información que me llega, y dártela en la frecuencia que sepas gestionar. Para no herir tu ego, y no pienses que creo que eres un juguete roto, por mucho que hayas perdido tu empleo. 

Sanar sin operar

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