El pasado viernes
recibo una invitación en linkedin para asistir a presentación de una nueva criptomoneda que
lleva operando desde 2016, una más de las setecientas y pico… El problema surge
al leer el texto, muy de primero de primaria hablando de forma básica de
economía colaborativa, en vez de compartida o economía en sí misma, sin
apellidos. Y citando que en Noruega van a implantar en 2018 criptomonedas. Las
dudas llegan cuando me pide un móvil para confirmar que voy al evento vía
Whatsapp, ¿perdón? Es la primera vez que me piden eso, y mira que he ido a
eventos privados…
Mira que soy
retorcido, tras muchos dimes y diretes y preguntarle de la forma más empática
posible, qué soluciona lo que está ligado a esa moneda, doy con la clave, al confesarme
el vendedor de biblias, que sólo quiere evangelizarme sobre qué es blockchain y la oferta de las criptomonedas que tiene la empresa donde curra de asalariado en cartera, y le choca que de cientos de personas con las que
haya hablado, no quiera ir ni a su presentación ni darle mi móvil. Aparte, de acusarme
por supuesto de faltarle al respeto.
¿Respeto? ¿Empatía?
El tío ni se había leído mi perfil donde pone que evalué startups de fintech
para el BBVA Open Talent, que me da que tampoco sabe lo que es… Así que, le
envié varios posts de libros sobre blockchain o fintech, pero ni caso, erre que
erre.
Conclusión, ¡colocadores de biblias parar un minuto! y aprender a vender. Ni la transformación digital, ni blockchain, ni CRISPR tienen
sentido, si los intermediarios tuerce botas que antes vendían preferentes, casas en la playa o aspirinas, entienden que ambos escenarios implican un cambio en la
mentalidad, en la cultura, en la actitud, de las organizaciones, de las
personas, pasar de clientes sumisos y obedientes a personas que se reconocen
como casi iguales, sabiendo que la carga genética nos hace casi únicos. Si no,
va a ser lo de siempre, se va a montar un cristo de dos pares de narices, con
la consiguiente desafección entre propuestas solucionadoras y necesidades solucionadas.
¿Hay alguna forma
de excluir a los que no entienden el nuevo sistema? ¿Por qué dejar que
destrocen la esencia y la paqueticen como un souvenir más? ¿Por qué no
aprenden a vender de verdad? ¿A satisfacer necesidades reales? ¿Por qué hacen
lo que les han dicho que hagan sin cuestionarse lo más mínimo esa orden?
Foto vista en el face de Maite Martínez Espina
Hola, tengo True Gold Coins (TGC) y quiero comprar BTC ¿dónde puedo hacerlo?
ResponderEliminarGracias