Por otra parte, estamos los cazadores, los que nos negamos a ponerle puertas al campo. Los que miramos más allá de lo que nuestra vista alcanza, exploradores de nuevos mundos. Sabedores que la magia ocurre fuera de la zona de confort. Donde cada expedición es una mueva aventura, unas veces se gana y otras (las muchas) aprendes a mejorar la estrategia. A veces vas sólo, como un francotirador en lo alto de la montaña, esperando a que ocurra la magia, otras armando un equipo para cazar ese rebaño de caballos salvajes, que servirán para arar las tierras y tirar de los carros, que lleven las verduras y la leche al mercado.
Y tú ¿qué eres? granjero/a o cazador/a?
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